La administración de la Casa Blanca ha emitido una orden en las últimas horas del martes para que las agencias gubernamentales comiencen a “implementar sus planes para un cierre ordenado”, debido a la ausencia de consenso entre los miembros republicanos y demócratas del Senado respecto al nuevo plan de presupuesto, legalmente denominado H.R. 5371.
Sin más oportunidades de votación en el Senado y con el plazo finalizando a medianoche (hora local), la Oficina de Administración y Presupuesto, bajo la dirección de Russell Vought, ha emitido un comunicado acusando a los demócratas de “forzar el cierre del Gobierno” y ha solicitado que las agencias comiencen a ejecutar sus estrategias de cierre.
La responsabilidad del bloqueo en el Senado ha sido atribuida por la administración Trump a “las descabelladas exigencias políticas de los demócratas, que incluyen un billón de dólares (más de 850.000 millones de euros) en nuevos gastos”. Washington ha expresado incertidumbre sobre cuánto tiempo los demócratas mantendrán esta postura, complicando así las predicciones sobre la duración del cierre. A pesar de esto, se ha pedido a los empleados que “presentarse a trabajar en su próximo turno para llevar a cabo las actividades de cierre ordenado”.
Una vez que el presidente firme una ley que permita las asignaciones presupuestarias, se emitirá otro comunicado para que las funciones del gobierno se reanuden, mientras se agradece a las agencias por “su cooperación y trabajo”. El proyecto de ley rechazado en el Senado contemplaba la continuación de fondos para agencias federales hasta el año fiscal 2026, incluyendo asignaciones adicionales para la seguridad de funcionarios federales y la extensión de varios programas a punto de caducar.
La última votación resultó en 55 votos a favor y 45 en contra de una ley de financiación provisional, que requería un mínimo de 60 votos. La discusión se ha centrado principalmente en la atención sanitaria, con los demócratas demandando la renovación de subsidios para seguros médicos bajo el programa Obamacare y buscando revertir los cortes a Medicaid introducidos en la reforma fiscal de Trump.
En este escenario, los empleados esenciales, incluidas las fuerzas armadas, seguirán trabajando sin recibir sueldo, mientras que 750.000 trabajadores no esenciales serán suspendidos temporalmente, aunque no se esperan despidos permanentes por parte de Trump, a pesar de que indicó que podría hacerlo. Este sería el 14º cierre gubernamental en la historia de EE.UU. y el primero desde 2019, cuando el gobierno se paralizó durante cinco semanas, incluyendo Año Nuevo, durante la primera presidencia de Trump.