rump consigue el respaldo necesario para reabrir la Administración
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha logrado el apoyo de ocho senadores demócratas que permiten alcanzar la mayoría de 60 votos en el Senado y poner fin al cierre de Gobierno más largo en la historia del país, con 40 días de duración.
El pacto, diseñado a la medida de la Casa Blanca, debe ser aprobado ahora por la Cámara de Representantes. Incluye la financiación parcial de la Administración y una futura votación sobre las ayudas sanitarias, aunque sin compromiso de mantener las coberturas del Obamacare.
Una votación ajustada y un partido dividido
La moción para avanzar en la aprobación del paquete presupuestario salió adelante por 60 votos frente a 40. La mayoría de los demócratas, liderados por Chuck Schumer y Hakeem Jeffries, se opusieron al considerar que la medida reabre el Gobierno sin proteger las ayudas sanitarias que benefician a 20 millones de estadounidenses.
Schumer denunció en el pleno que “Estados Unidos se encuentra en medio de una crisis de salud provocada por los republicanos” y advirtió de que su partido “no cejará en la lucha”.
Trump celebra el avance mientras crecen las críticas internas
Trump saludó el resultado como una “victoria del sentido común” y aseguró que el país “se acerca al fin del cierre”. Sin embargo, las filas demócratas se fracturan entre quienes buscan poner fin a la parálisis institucional y quienes exigen mantener la batalla por las coberturas sanitarias.
El acuerdo, que todavía puede demorarse varios días, prevé reincorporar a los empleados federales despedidos, reembolsar a los estados que sostuvieron programas con fondos propios y garantizar el pago de los salarios pendientes una vez finalizado el cierre.
Consecuencias de un cierre histórico
Durante las seis semanas de bloqueo, miles de funcionarios han permanecido sin sueldo y servicios esenciales como la asistencia alimentaria y el control aéreo se han visto gravemente afectados.
Si el pacto supera las últimas votaciones, pondrá fin a una crisis política que ha desgastado a la Casa Blanca y ha evidenciado la profunda división del Congreso sobre el futuro de las políticas sociales en EE UU.