Este miércoles, el Gobierno de Estados Unidos, a través de una conversación telefónica realizada por el secretario de Estado, Marco Rubio, ha reiterado su apoyo a Rodrigo Paz, el recién presidente electo de Bolivia. En esta segunda llamada, Rubio ha propuesto la asistencia de Washington para impulsar la estabilidad económica de Bolivia, un país que actualmente enfrenta una severa crisis caracterizada por la escasez de combustible, divisas y elevada inflación.
En la comunicación, Rubio ha elogiado a Paz por su victoria “histórica” en las recientes elecciones, donde superó a Jorge Tuto Quiroga con más del 54% de los votos. Esta victoria representa, según palabras de Rubio, una “oportunidad transformadora” no solo para Bolivia sino para toda la región.
Tommy Pigott, portavoz adjunto del Departamento de Estado, indicó que Rubio enfatizó la “voluntad” de Estados Unidos de colaborar con Bolivia en la promoción de la seguridad económica y la prosperidad, y en la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales que operan en el hemisferio norte.
La elección de Paz marca el fin de casi dos décadas de gobierno por parte del Movimiento al Socialismo (MAS), y con ello, la reanudación de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, como anunció el propio Paz tras su victoria en la segunda vuelta electoral.
Paz también ha buscado el apoyo de Estados Unidos y otros “países amigos” para abordar los críticos problemas de abastecimiento de combustible que la nación andina ha padecido por largo tiempo.