El gobierno estadounidense ha emitido una condena «enérgicamente» contra los recientes ataques de drones en yacimientos de petróleo de la región del Kurdistán iraquí, iniciados el 14 de julio, por considerar que «ponen en peligro la estabilidad y el futuro económico» de la nación.
«El Gobierno de Irak tiene el deber de proteger su territorio y a todos sus ciudadanos», expresó Tammy Bruce, portavoz del departamento diplomático, destacando que «estos ataques se dirigen contra empresas internacionales que colaboran con Irak para invertir en el futuro del país».
Además, Bruce reiteró que «Estados Unidos mantiene su compromiso con nuestros socios en todo Irak que trabajan para construir un Estado estable, federal y soberano».
Por otro lado, un informe de la cadena kurda Rudaw menciona que un dron atacante impactó el yacimiento de Sheijan, gestionado por la empresa norteamericana Hunt Oil, aunque no hubo víctimas.
Las declaraciones desde el Departamento de Estado estadounidense se producen en un marco donde el Ministerio de Recursos Naturales del Kurdistán iraquí ha tildado los ataques de «terroristas», con el objetivo de «perturbar la economía» del área. Aunque no hubo víctimas, sí se reportaron daños materiales.
Las autoridades kurdas acusan a las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), un conglomerado de milicias proiraníes integradas ahora en la seguridad oficial, de provocar estos ataques, acusaciones que el Gobierno central ha negado y calificado de «inaceptables».