El Departamento de Estado de EE. UU. ha expresado su satisfacción este viernes por el excelente estado de las relaciones bilaterales con Hungría, que ‘continúan alcanzando nuevas cotas’ después de intensificar su colaboración en áreas críticas como la energía nuclear, la defensa y el comercio, durante la visita del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, a la Casa Blanca.
‘Bajo el liderazgo del presidente Donald Trump y el primer ministro Viktor Orbán, las relaciones entre Estados Unidos y Hungría continúan alcanzando nuevas cotas de cooperación y logros’, indica un comunicado del Departamento de Estado que destaca el ‘respeto mutuo a la soberanía nacional’ y el ‘compromiso de impulsar objetivos estratégicos que beneficien a ambas naciones’ como fundamentos de la alianza entre Washington y Budapest.
En el encuentro de este viernes entre Trump y Orbán se ha establecido una ‘nueva alianza energética’ entre los dos países, que se ha concretado en la firma de un memorando de entendimiento sobre energía nuclear y un contrato —por valor de unos 98,5 millones de euros— con la empresa estadounidense Westinghouse ‘para el suministro de combustible nuclear estadounidense a la central húngara de Paks I’, además del acuerdo por parte de Hungría de adquirir gas natural licuado (GNL) estadounidense.
En el terreno de la defensa, ambos líderes han enfocado sus esfuerzos en forjar ‘una alianza de seguridad más sólida’. Con este objetivo, han acordado fortalecer los vínculos a través de la renovación de tratados como el Acuerdo General de Seguridad de la Información Militar (GSOMIA).
Además, se ha manifestado la intención de profundizar en la cooperación en el ámbito espacial civil y comercial, así como la decisión del gobierno húngaro de ‘adquirir material de defensa por valor de 700 millones de dólares (unos 605 millones de euros) mediante ventas militares al extranjero’.
Entre los ‘principales logros’ señalados por el Departamento de Estado también se incluyen un acuerdo de cooperación para fomentar conjuntamente avances en ciencia e innovación, que incluye —entre otros— el fomento de fondos y subvenciones para ‘financiar viajes bilaterales, talleres y reuniones de colaboración’ y la extensión de la colaboración Fulbright con ‘nuevas oportunidades de intercambio para académicos estadounidenses y húngaros’.
Estas iniciativas para la ‘capacitación de la próxima generación’ serán posibles en gran medida gracias a los nuevos compromisos en términos de fronteras y viajes, destacándose el pleno restablecimiento de la participación de Hungría en el Programa de Exención de Visados y la reanudación por parte de American Airlines de los vuelos estacionales directos entre Filadelfia y Budapest a partir de mayo de 2026.
Estos ‘logros y oportunidades’ fueron anunciados tras la reunión del viernes en la Casa Blanca entre Donald Trump y Viktor Orbán, donde el gobierno húngaro describió el acuerdo firmado como ‘estratégico’ en materia de energía.
Antes del encuentro, el ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, adelantó en redes sociales que el propósito de la reunión era firmar un acuerdo de cooperación nuclear y un pacto para que Hungría continúe obteniendo ‘de forma legal y sin restricciones’ energía de Rusia.
Posteriormente, Szijjártó informó que Estados Unidos había otorgado a Hungría una exención total e ilimitada a las sanciones sobre petróleo y gas. ‘Una exención total de sanciones para los gasoductos TurkStream y Friendship’, precisó poco después Orbán, destacando que esta medida permitirá a Hungría ‘seguir proporcionando a las familias los precios energéticos más bajos de Europa’.











