La Administración Trump ha anunciado un nuevo paquete de sanciones dirigido contra diez individuos y entidades, entre ellos una compañía relacionada con la compraventa de drones de combate de diseño iraní a Venezuela, en un contexto de crecientes fricciones con Caracas por sus operaciones militares contra presuntas narcolanchas en aguas del Caribe.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro ha incorporado a su lista negra a la Empresa Aeronáutica Nacional (EANSA), con sede en Venezuela y responsable de supervisar el ensamblaje de drones modelo Qods Mohajer-6, además de “negociar directamente” la venta de estos aparatos a Caracas con la empresa iraní Qods Aeronautics Industries (QAI).
Del mismo modo, la Administración Trump ha sancionado al máximo responsable de EANSA, José Jesús Urdaneta González, residente en Venezuela, y quien “ha coordinado con miembros y representantes de las Fuerzas Armadas venezolanas e iraníes la producción de drones en Venezuela”.
Entre los designados figuran también, según ha precisado el Departamento del Tesoro estadounidense en un comunicado, tres ciudadanos residentes en Irán acusados de adquirir productos químicos empleados en la fabricación de misiles balísticos para el programa armamentístico iraní.
Igualmente, la OFAC ha añadido a su relación de sancionados a dos entidades y tres personas con sede en Irán por su vínculo con una sociedad holding ya castigada por Estados Unidos, que agrupa a diversas compañías dedicadas al sector de sistemas de alta tecnología que prestan apoyo a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria iraní.
El subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, John K. Hurley, ha subrayado que con este paquete de medidas Washington “responsabiliza” tanto a Irán como a Venezuela por su campaña “agresiva e imprudente” de proliferación de armamento letal.
Por su parte, el viceportavoz del Departamento de Estado estadounidense, Thomas Pigott, ha remarcado que estas sanciones persiguen “limitar el programa de misiles balísticos” de Teherán, “contrarrestar el desarrollo por parte de Irán de otras capacidades de armas asimétricas y convencionales”, así como impedir que Irán pueda hacerse con un arma nuclear.
“El continuo suministro de armas convencionales por parte de Irán a Caracas constituye una amenaza a los intereses de Estados Unidos en nuestra región”, ha advertido, antes de añadir que Washington no “dudará en exigir cuentas a cualquiera que apoye las actividades de proliferación de Teherán”.