El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, mantuvo este martes sendas conversaciones con los ministros de Exteriores de Arabia Saudí, Faisal bin Farhan, y de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Abdulá bin Zayed, centradas en la evolución del conflicto en Yemen. El escenario está marcado por las recientes ofensivas de los separatistas del Consejo de Transición del Sur (CTS), respaldado por Abu Dabi, que ha decidido retirar a sus efectivos del inestable país tras la petición expresa del Gobierno yemení reconocido internacionalmente y de Arabia Saudí.
De acuerdo con los dos comunicados difundidos por el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Tommy Pigott, Rubio abordó con ambos ministros la coyuntura en Yemen —descrita en la nota sobre su diálogo con el jefe de la diplomacia saudí como “tensiones”— además de diversas “cuestiones que afectan la seguridad y la estabilidad regionales”.
Los Ministerios de Exteriores de Arabia Saudí y EAU confirmaron a través de sus cuentas oficiales en X estos contactos con Washington, sin ofrecer detalles adicionales sobre el contenido relativo a Yemen. No obstante, la diplomacia emiratí sí precisó que también trató con Rubio “la situación en la Franja de Gaza”.
Las conversaciones telefónicas se produjeron pocas horas después de que EAU negara estar implicado de forma activa en la ofensiva del CTS. En relación con los dos buques enviados a Yemen desde el puerto emiratí de Fuyairá, cuya carga fue objetivo de bombardeos por parte de la coalición liderada por Arabia Saudí y favorable al Gobierno yemení reconocido internacionalmente, Abu Dabi rechazó que las embarcaciones transportaran armamento y recalcó que llevaban vehículos que “no estaban destinados a ninguna parte yemení, sino que fueron enviados para su uso por parte de las fuerzas emiratíes que operan en Yemen”.
Aun así, EAU aseguró que actuaría con responsabilidad y “con la intención de evitar un aumento de las tensiones” y, horas después, accedió a la demanda de las autoridades yemeníes y de Arabia Saudí para retirar a sus fuerzas del país, sumido en profundas divisiones internas.
En este contexto, la jornada se saldó con una intensa actividad diplomática de varios actores con intereses directos o indirectos en la región, empezando por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), del que forman parte Riad y Abu Dabi junto a Bahréin, Kuwait, Omán y Qatar.
El Ministerio de Exteriores de Qatar difundió en la noche del martes un comunicado en el que reiteró su “pleno apoyo” al Gobierno yemení reconocido internacionalmente y subrayó “la importancia de preservar la unidad e integridad territorial de Yemen”.
Doha remarcó que la seguridad de Arabia Saudí y del resto de estados miembros “es parte integral” de la seguridad de Qatar y evitó mencionar de forma directa las discrepancias entre Riad y Abu Dabi. En su lugar, se limitó a “agradecer las declaraciones emitidas” por ambos países, que, según la nota qatarí, “reflejan el compromiso de priorizar los intereses de la región (y) fortalecer los principios de buena vecindad”.
La diplomacia de Omán también se pronunció mediante un comunicado en el que reclamó “diálogo y distensión” y que “todas las cuestiones se aborden mediante el diálogo, el consenso y el entendimiento constructivo”, en defensa tanto de “la seguridad y los intereses de Yemen” como de los de los demás estados de la zona.
El ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, trató igualmente la situación con su homólogo omaní, Badr bin Hamad. Según un comunicado difundido por el propio Araqchi a través de Telegram, el jefe de la diplomacia iraní “subrayado la necesidad de que los países de la región colaboren y se esfuercen por preservar la integridad territorial del país y consolidar la estabilidad”, pese al papel de las milicias hutíes, aliadas de Teherán y que controlan el norte y el centro de Yemen.