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El Ejército de Malí afirma haber rechazado un asalto yihadista contra un cuartel en la región de Kayes

El Ejército de Malí asegura haber rechazado un ataque del JNIM en Kayes, mientras los yihadistas reivindican la toma de varios cuarteles en el sur del país.

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Militares malienses durante un desfile en la capital, Bamako Europa Press/Contacto/Habib Kouyate

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El Ejército de Malí ha informado de que sus tropas lograron frustrar un asalto contra un cuartel militar situado en la localidad de Sandare, en la región de Kayes, en el oeste del país. El ataque fue perpetrado por la coalición yihadista Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), vinculada a Al Qaeda en Malí.

El JNIM sostuvo este viernes que consiguió hacerse con el control de ese cuartel del Ejército en la región de Kayes, un enclave considerado clave para el paso de suministros de combustible hacia la capital, Bamako, según un comunicado difundido a través de sus canales de propaganda.

Sin embargo, las Fuerzas Armadas malienses han recalcado que lograron rechazar la ofensiva del JNIM, que, según las autoridades, se llevó a cabo en coordinación con integrantes del grupo separatista Frente de Liberación de Azawad (FLA) y del Frente para la Liberación de Macina (FLM), este último integrado en la estructura de la filial de Al Qaeda en el país.

En paralelo, en las últimas horas la organización yihadista ha asegurado que se ha hecho con el control de tres cuarteles del Ejército en la localidad de Kalana, en la región de Sikasso, próxima a la frontera con Guinea, así como de otro puesto militar en Santiguila, en la región de Kulikoró, también en el oeste de Malí.

Entre las acciones reivindicadas por el grupo figura igualmente un ataque contra una posición del Ejército en Garalo, situada en las cercanías de Kalana. Aunque las Fuerzas Armadas no han ofrecido por ahora una versión oficial sobre estos episodios concretos, sí confirmaron que el jueves llevaron a cabo operaciones contra grupos terroristas armados tras una emboscada contra un convoy de camiones cisterna en las proximidades de Bougouni.

Malí, al igual que otros Estados del Sahel, sufre desde hace años un incremento constante de atentados yihadistas tanto de la rama local de Al Qaeda como de la de Estado Islámico, una dinámica que ha intensificado la violencia entre comunidades y ha obligado a huir a decenas de miles de personas.