Las milicias del Movimiento 23 de Marzo (M23) han denunciado este viernes una nueva oleada de ataques lanzados desde la madrugada por fuerzas congoleñas y burundesas contra “zonas densamente pobladas” en la provincia de Kivu Sur, pese a lo que describen como un “gesto de paz” tras comunicar esta semana su retirada de la estratégica ciudad de Uvira.
Según el M23, esta “coalición” entre tropas de República Democrática del Congo y Burundi habría comenzado a atacar desde las 05.00, hora local, mediante el uso de aviones no tripulados y unidades navales contra núcleos de población y posiciones del grupo en la localidad de Makobola. Unos 30 minutos más tarde, el grupo rebelde informó de una segunda ofensiva, también con drones y artillería pesada, dirigida contra la población de Minembwe.
Los insurgentes sostienen que estas operaciones encajan en un patrón de ataques que vienen denunciando en las últimas semanas, pese a los esfuerzos diplomáticos de la comunidad internacional para lograr al menos un alto el fuego en el este de República Democrática del Congo (RDC).
En un comunicado difundido en X, la Alianza del Río Congo, brazo político del M23, subraya que estas acciones continúan a pesar de que el grupo proclamó en su momento un alto el fuego unilateral “con espíritu de responsabilidad y para ofrecer una oportunidad real para el retorno de la paz” pero “el régimen de Kinshasa persiste en aplicar su plan de exterminio sistemático, en flagrante violación de todos sus compromisos”.
En paralelo, durante las últimas 48 horas, el Gobierno congoleño ha puesto en duda la autenticidad de la retirada del M23 de Uvira. Las autoridades de la provincia de Kivu Sur, a través de su portavoz, Didier Kabi, han calificado el movimiento de estrategia de “disimulo” destinada a esquivar la vigilancia internacional y preparar un nuevo ataque.
Kabi sostiene que “los convoyes de jeeps que hemos observado saliendo de la ciudad estaban casi vacíos, transportando únicamente a conductores y algunos otros efectivos” y que el M23, en realidad, se estaría desplazando hacia las mesetas de Uvira para coordinarse con grupos armados locales, precisamente en Ninembwe, uno de los enclaves que, según las milicias, habría sido atacado esta madrugada por la coalición congoleña-burundesa.
En ese mismo comunicado, recogido por la emisora Top Congo, el portavoz del Ejecutivo provincial en Kivu Sur alerta de que, desde el jueves, sus observadores han detectado “nuevas figuras” vestidas de civil en Uvira, lo que alimenta el temor de que algunos combatientes “hayan abandonado sus uniformes para mimetizarse con la población”.
El portavoz del Gobierno central congoleño, Patrick Muyaya, ha rechazado igualmente el anuncio de retirada, al que tacha de “maniobra de distracción”. Además, recuerda que el M23 se ha autoexcluido de cualquier proceso de diálogo, empezando por el denominado “acuerdo de Washington”, que permitió cierta distensión entre los gobiernos de Congo y Ruanda, país al que Kinshasa acusa de respaldar al movimiento rebelde.
“Además, ¿a dónde van?” se preguntó Muyaya hace dos días, tras el anuncio de retirada del M23, en su cuenta de X. “¿Cuántos se van? ¿Qué están dejando tras de sí en la ciudad? ¿Fosas comunes? ¿Soldados disfrazados de civiles? ¿Cuánto crédito debemos darle a esta maniobra unilateral del hijo, el M23 para salvar a su padre ruandés?”, se ha preguntado.