El Movimiento 23 de Marzo (M23), grupo rebelde activo en el este de República Democrática del Congo (RDC), ha comunicado que se retirará “a petición de Estados Unidos” de la estratégica ciudad de Uvira, en la provincia de Kivu Sur, apenas cinco días después de haberse hecho con el control de esta localidad.
En un contexto de creciente presión de Washington sobre Ruanda, país señalado por su respaldo al M23, la milicia ha adelantado que contempla abandonar la segunda ciudad más importante de Kivu Sur, condicionando este paso a la “desmilitarización” del área y a la “protección de la población”.
La Alianza Río Congo (AFC), coalición político-militar encabezada por el M23, ha explicado en un comunicado difundido en redes sociales que, “en referencia al proceso de paz de Doha y en el marco del cual se han logrado avances significativos, (...) se ha tomado la decisión unilateral de aumentar la confianza en el proceso de paz con el objetivo de lograr soluciones duraderas al conflicto”.
“La AFC/M23 retirará unilateralmente sus fuerzas de la ciudad de Uvira, a petición de la mediación estadounidense”, señala el documento, que al mismo tiempo denuncia las maniobras de “las Fuerzas Armadas de RDC, las milicias Wazalendo y sus aliados, que intentan dinamitar la situación para recuperar el control del territorio previamente perdido y atacar a la población percibida como simpatizante de la Alianza”.
En esta línea, la coalición ha reclamado a los garantes del proceso de paz que “establezcan medidas adecuadas para la gestión de la ciudad, incluida la desmilitarización y la protección de su infraestructura, además de la supervisión del alto el fuego mediante el despliegue de una fuerza neutral”.
Asimismo, el M23 ha aludido a los grupos armados “hostiles al Gobierno de Burundi” que “siguen activos en República Democrática del Congo” y ha subrayado que “no permitirá” que estas formaciones “utilicen las zonas liberadas como bases de retaguardia para ningún acto hostil que pueda socavar las buenas relaciones entre nuestros países”.
Burundi mantiene militares desplegados en la región para respaldar a las Fuerzas Armadas congoleñas, en una operación que enmarca en la lucha contra grupos apoyados por Ruanda que se levantaron en armas contra el Gobierno de Gitega, entre ellos RED-Tabara, responsable en los últimos años de varios ataques en territorio burundés.
A comienzos de diciembre, la Unión Europea, Estados Unidos y varios Estados europeos reclamaron a Ruanda y al M23 “cesar inmediatamente” su ofensiva en el este de RDC, cerca de la frontera con Burundi, pocos días después de que los presidentes de RDC y Ruanda, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente, firmaran en Washington un acuerdo destinado a poner fin a la escalada bélica.
Las negociaciones entre las partes se iniciaron este año tras el agravamiento de la violencia provocado por una ofensiva del M23, compuesto mayoritariamente por tutsis congoleños, que consiguió hacerse con las capitales de Kivu Norte y Kivu Sur. Estos avances desencadenaron duras acusaciones de Kinshasa contra Ruanda, mientras Kigali sostiene que el Gobierno congoleño reprime a los tutsis con el apoyo de diversas milicias.