El grupo insurgente Movimiento 23 de Marzo (M23) ha empezado este miércoles a replegar sus tropas de la estratégica ciudad de Uvira, en la provincia de Kivu Sur, en el este de República Democrática del Congo (RDC). Este movimiento se produce menos de una semana después de que los rebeldes tomaran el control de la urbe y en un contexto de creciente presión de Estados Unidos sobre Ruanda, país señalado por respaldar al M23.
“Por razones de paz, nuestras tropas han comenzado a abandonar desde esta tarde la ciudad de Uvira”, ha afirmado el grupo en una breve publicación en la red social X, acompañando el mensaje con imágenes de sus combatientes saliendo a pie de la localidad.
El M23 ya había comunicado en la víspera su intención de abandonar Uvira, presentando esta salida “unilateral” como respuesta a una “petición de la mediación estadounidense” dentro del proceso de paz en el este de RDC. La organización precisó que la retirada de esta ciudad, la segunda más poblada de Kivu Sur, se haría bajo las premisas de una “desmilitarización” del área y de la “protección de la población”.
A la vez, la Alianza Río Congo (AFC), plataforma político-militar encabezada por el M23, ha defendido en su cuenta de la red social Fcebook que la decisión se ha adoptado “no bajo presión de nadie, sino para facilitar el proceso de paz”.
“AFC-M23 acaba de hacer su parte”, ha remarcado la coalición en otro mensaje, en el que ha recalcado que la retirada no ha venido acompañada de “saqueos, robos, ruidos, violaciones (o) disturbios descontrolados”. Además, la Alianza ha sostenido que el repliegue de Uvira se ha producido porque el Ejecutivo de RDC “ya ha aceptado (sus) términos y condiciones”.
A comienzos de diciembre, la Unión Europea, Estados Unidos y varios países europeos reclamaron a Ruanda y al M23 que “cesar inmediatamente” su ofensiva en el este de RDC, en las inmediaciones de la frontera con Burundi. Este llamamiento llegó pocos días después de que los presidentes de RDC y Ruanda, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente, firmaran en Washington un acuerdo destinado a poner fin a las hostilidades.
Las negociaciones entre las partes se reactivaron este año tras el agravamiento del conflicto, impulsado por una ofensiva del M23, compuesto en su mayoría por tutsis congoleños, que consiguió hacerse con las capitales de las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur. Esta ofensiva desencadenó duras acusaciones del Gobierno congoleño contra Ruanda, mientras Kigali replica denunciando que Kinshasa reprime a los tutsis congoleños con el apoyo de diversos grupos armados.