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El partido en el poder en Costa de Marfil obtiene mayoría absoluta en las legislativas

La RHDP de Alassane Ouattara arrasa en las legislativas marfileñas, refuerza su dominio en el Parlamento y deja al PDCI muy debilitado.

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El presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, vota durante las elecciones presidenciales de octubre de 2025, en las que obtuvo un cuarto mandato (archivo) Europa Press/Contacto/Zhang Jian

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El partido que gobierna en Costa de Marfil, la Agrupación de Houphouetistas por la Democracia y la Paz (RHDP, por sus siglas en francés), se ha asegurado una mayoría absoluta en las elecciones parlamentarias celebradas el 27 de diciembre, tras lograr cerca del 77 por ciento de los escaños de la Asamblea Nacional, de acuerdo con los datos difundidos por la comisión electoral.

Según detalla el organismo en su página web, la RHDP ha conseguido 195 asientos, muy por encima de los 31 obtenidos por el Partido Democrático de Costa de Marfil-Agrupación Democrática Africana (PDCI), encabezado por Tidjane Thiam. Asimismo, 23 aspirantes independientes han logrado entrar en la Cámara, mientras que otras tres formaciones políticas han alcanzado un escaño cada una.

Con este resultado, la formación del presidente, Alassane Ouattara --quien hace dos meses revalidó un cuarto mandato al frente del país--, mejora las cifras registradas en 2021 y refuerza su control sobre el Parlamento, en un contexto marcado por las críticas de la oposición a las decisiones del jefe de Estado y a su creciente influencia en la vida política marfileña.

Para estos comicios legislativos, la RHDP incluyó en sus listas a varias de sus principales figuras, entre ellas el vicepresidente y varios ministros, con el objetivo de blindar su triunfo en las urnas. La estrategia ha supuesto un duro revés para el PDCI, que ha acabado con menos representantes que en las anteriores parlamentarias de 2021.

Los resultados consolidan el momento de fortaleza política de Ouattara, que en octubre se impuso en las presidenciales con casi el 90 por ciento de los votos, en unos comicios en los que se enfrentó a rivales con escasas opciones después de la exclusión de las candidaturas de sus tres principales adversarios, entre ellos el expresidente Laurent Gbagbo.

Ouattara, en el poder desde 2011, había asegurado inicialmente que solo permanecería dos mandatos al frente del país, pero dio marcha atrás en 2020, cuando decidió concurrir de nuevo tras la muerte repentina del entonces primer ministro y aspirante oficialista, Amadou Gon Coulibaly. En aquellas elecciones obtuvo un tercer mandato con más del 94 por ciento de los sufragios, después de que la oposición optara por boicotear la cita electoral.

Aquellas presidenciales desencadenaron una nueva crisis política, aunque un posterior proceso de diálogo permitió rebajar la tensión, facilitando, entre otros gestos, el regreso de Gbagbo al país tras ser absuelto por el Tribunal Penal Internacional (TPI) de los cargos por presuntos crímenes contra la humanidad vinculados a su papel en el conflicto de 2010-2011, originado por su negativa a aceptar la derrota electoral.

En esta ocasión, Ouattara defendió la legalidad de su candidatura alegando que la reforma constitucional aprobada en 2016 reiniciaba el cómputo de mandatos, por lo que actualmente estaría optando a un segundo periodo. La oposición rechazó este argumento y denunció un incremento de la represión, con cientos de arrestos en los días previos a la celebración de las presidenciales.