El presidente de Polonia, Karol Nawrocki, ha reiterado que el pacto comercial entre la Unión Europea (UE) y Mercosur, que podría ultimarse en las próximas semanas, “es un desastre” y provocará la “devastación” de la agricultura y de la industria polacas.
Nawrocki ha insistido en que desde el inicio se ha posicionado contra este tratado, al considerar que generará “competencia desleal” y la entrada de productos de “menor calidad” que los que se elaboran tanto en Polonia como en el resto de Europa. “Este error se cometió hace muchos años en las relaciones comerciales con China”, ha recordado.
“La seguridad alimentaria implica producir cerca del consumidor, no importar alimentos a 10.000 kilómetros de distancia. Importar alimentos producidos con sustancias prohibidas en la UE durante 20 años y perjudiciales para la salud de los polacos es inaceptable”, ha subrayado el dirigente polaco en un extenso mensaje publicado en su perfil de la red social X.
El presidente ha señalado que ya trasladó estas inquietudes a otros jefes de Estado y de Gobierno europeos, incluidos algunos de los más críticos con el acuerdo, como el presidente francés, Emmanuel Macron, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Sin embargo, ha lamentado que esa minoría contraria al pacto se está debilitando y ha avisado de que las disposiciones diseñadas para proteger una docena de productos “no cambiarán nada”.
“Es como levantar un muro contra un tsunami”, ha comparado Nawrocki. “Aceptar este trato es un desastre”, ha remachado, pidiendo al primer ministro, Donald Tusk, que abandone la mera negociación y empiece a “construir una minoría de bloqueo”.
Mercosur y la Comisión Europea aspiraban a firmar el acuerdo en la cumbre celebrada el pasado sábado en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú, coincidiendo con el primer aniversario del anuncio en Montevideo del cierre de unas negociaciones que se han prolongado durante 26 años.
No obstante, para proceder a la firma y a su aplicación provisional, pendiente del proceso completo de ratificación, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, necesitaba un mandato de los Veintisiete, aprobado por mayoría cualificada de los Estados miembro.
El aviso de Macron, que mantiene que el texto actual sigue siendo inaceptable para Francia, complicaba la aprobación de ese mandato, aunque todavía no bastaba para reunir la minoría de bloqueo necesaria para detenerlo, pese a las reticencias de otros países como Polonia, Hungría, Austria y Bélgica.
Finalmente, fue Meloni quien, dos días antes de la cumbre, advirtió de que consideraba prematuro rubricar el pacto en ese momento, si bien se mostraba dispuesta a hacerlo más adelante, previsiblemente en enero, una vez atendidas las demandas del sector agrícola.