Las elecciones legislativas celebradas este domingo en Hong Kong han concluido con el triunfo de la Alianza Democrática para la Mejora y el Progreso (DAB), un resultado que permite a Pekín afianzar aún más su dominio político sobre la región administrativa especial china, incluso en un contexto de participación muy reducida.
El Comité Electoral ha señalado que el DAB se ha asegurado un escaño adicional —hasta alcanzar un total de 20— de los 90 puestos en liza, dentro de un sistema configurado bajo el principio de que “solo los patriotas” pueden presentarse a los comicios, del mismo modo que ocurrió en las elecciones locales de 2023 con el apoyo explícito del Partido Comunista de China.
En este modelo, únicamente 20 escaños se eligen de forma directa por sufragio ciudadano. En ese tramo, la Alianza de Profesionales y Empresarios de Hong Kong se ha situado como segunda fuerza con 8 representantes, mientras que la Federación de Sindicatos de Hong Kong ha obtenido 7 asientos.
El jefe del Gobierno de Hong Kong, John Lee, ha defendido el desarrollo del proceso y ha calificado los comicios como unas elecciones celebradas “con éxito”, pese a que la sociedad se encuentra aún golpeada por el devastador incendio del complejo de rascacielos de Wang Fuk Court, en el distrito de Tai Po, en el que han perdido la vida más de 150 personas.
“Esto tiene una gran relevancia”, ha manifestado, subrayando que los votantes “han mostrado su apoyo” al plan de recuperación del Ejecutivo y a las reformas previstas para los próximos meses, según informaciones publicadas por el diario ‘The Standard’.
En esta línea, ha felicitado a los diputados que han logrado renovar sus escaños y ha trasladado su “gratitud” al conjunto de aspirantes por su “participación activa”, aunque solo el 31,9 por ciento del censo haya acudido a las urnas, en un clima de desafección política y conmoción por la tragedia de Tai Po.
BAJA PARTICIPACIÓN
La participación registrada es una de las más reducidas de la historia electoral de Hong Kong, solo por encima del 30,2 por ciento anotado hace cuatro años, en unas elecciones sin presencia de candidatos opositores. Diversos analistas atribuyen el ligero repunte del voto a las promesas formuladas por numerosos aspirantes tras el incendio en Tai Po.
Aun así, el número absoluto de votantes continúa descendiendo respecto a las últimas convocatorias, de modo que en estos comicios se han contabilizado casi 340.000 electores menos que en 2021.
De nuevo, la cita electoral ha estado condicionada por la estrategia de Pekín, que pretende consolidar su influencia sobre la antigua colonia británica pese a las críticas de sectores opositores y de la comunidad internacional, que denuncian un recorte de derechos y libertades fundamentales.
El nivel de participación contrasta de forma notable con el de las últimas elecciones previas a la reforma impulsada por China: en 2016, un 58,2 por ciento del electorado acudió a votar. En la circunscripción donde se ubica Tai Po, escenario del incendio, la participación se ha quedado en el 30,15 por ciento, la cifra más baja de las 10 circunscripciones geográficas de elección directa.
Para el Gobierno chino, las nuevas directrices sobre Hong Kong representan un retorno a la “estabilidad” y una respuesta al “caos” generado por “fuerzas extranjeras” en la ciudad. En contraste, activistas hongkoneses sostienen que la mayoría de las voces disidentes están encarceladas o se han visto obligadas a abandonar la región desde que Pekín activó una batería de medidas contra la oposición.
En 2019, en plena oleada de movilizaciones y críticas por la creciente injerencia de China en la autonomía del territorio, los candidatos prodemocráticos lograron más de la mitad de los escaños gracias a una participación extraordinaria del 71 por ciento del electorado.
