El reciente terremoto de magnitud 6,9 que azotó la región de Bisayas Centrales en Filipinas ha dejado un saldo aproximado de 30 muertos y 150 heridos, según informaron las autoridades del país este miércoles. El Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Riesgos de Desastres confirmó que al menos 26 individuos han perdido la vida y 147 han sufrido heridas debido al desastre natural que también resultó en el colapso de cerca de 22 edificaciones.
En la ciudad de Bogo, las autoridades locales han registrado la muerte de nueve adultos y cuatro niños, mientras que en San Remigio se reportó el fallecimiento de cinco personas, incluyendo tres miembros de la Guardia Costera de Filipinas y un bombero, tras el derrumbe del techo de un recinto deportivo. Además, en este mismo lugar, se halló el cuerpo de un niño de diez años entre los escombros.
El Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas (Phivolcs) ha categorizado el sismo como de alta intensidad, especialmente en San Fernando y Cebú. El temblor, que ocurrió alrededor de las 22:00 hora local, tuvo su hipocentro a solo cinco kilómetros de profundidad. El epicentro fue localizado en el mar, entre las islas de Cebú y Leyte, lo que podría generar un tsunami que afectaría al archipiélago. Se ha alertado a la población a estar ‘alerta ante olas de tamaño inusual’, según reportes de ABS-CBN.
Las autoridades también han recomendado mantenerse ‘lejos de la playa y zonas costeras’ mientras dure la alerta de tsunami. Los residentes de áreas vulnerables han sido aconsejados a trasladarse a lugares más altos para asegurar su protección. En Iloílo, muchos han abandonado sus hogares por temor a derrumbes y en Cebú las clases fueron suspendidas como precaución.