El exgerente municipal de Lima, José Miguel Castro, ha sido encontrado muerto este domingo en su residencia. Castro era un testigo esencial en la investigación de corrupción conocida como Lava Jato, implicando directamente a la exalcaldesa Susana Villarán, quien supuestamente recibió fondos de las empresas brasileñas OAS y Odebrecht.
El hallazgo del cuerpo de Castro se produjo en su casa, ubicada en el distrito de Miraflores, donde yacía boca abajo en su habitación con una herida de aproximadamente 14 centímetros en la yugular. Cerca de él se encontraron un cuchillo de cocina afilado y otro sin filo, y la puerta de la habitación mostraba indicios de haber sido forzada, según informes policiales.
El fiscal Domingo Pérez, responsable del caso, expresó su pesar por el fallecimiento de Castro. «Esperábamos su valioso aporte que podría haber brindado en el juicio que se va iniciar el 23 de septiembre en contra de Susana Villarán y otros investigados. Él también era uno de los acusados, pero se estaba sometiendo a la justicia y teníamos expectativa de que pudiera brindar el testimonio de los hechos que sucedieron», declaró Pérez en una entrevista con la radio Exitosa.
«Esperamos que el juicio se pueda llevar con regularidad a pesar de esta situación. Todavía no tenemos conocimiento sobre las causas sobre su fallecimiento y esperemos que se nos informe oportunamente», añadió el fiscal.
En la acusación contra Villarán, se alega que recibió tres millones de dólares de Odebrecht y siete millones de OAS para una campaña contra su revocatoria por incompetencia y para apoyar su reelección. La fiscalía ha solicitado 29 años de cárcel para Villarán y 25 años y cinco meses para Castro.