La cifra de fallecidos en los choques entre milicias drusas y beduinas en Sueida, al sur de Siria, ha ascendido a más de 200, incluso después de que las autoridades sirias anunciaran esta mañana un «alto el fuego total» a raíz de la intervención de las fuerzas de seguridad de Damasco en la zona.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, los muertos en estos enfrentamientos alcanzan los 203, incluyendo 111 integrantes del Ministerio de Defensa y Seguridad Pública. La violencia también ha cobrado la vida de 71 civiles, entre ellos cuatro niños, y adicionalmente, 20 personas han sido ejecutadas por fuerzas de seguridad.
Este organismo, operando desde Londres con colaboradores sobre el terreno en Siria, ha señalado un rápido empeoramiento de las condiciones humanitarias en la región, destacando que la infraestructura crítica ha sufrido, con líneas eléctricas y estaciones de bombeo de agua dañadas tras días de lucha.
Por otro lado, los establecimientos comerciales han cerrado, temiendo ataques o saqueos, y hay una creciente preocupación por la falta de alimentos y medicinas esenciales, exacerbada por la dificultad para transportar suministros debido a bloqueos en carreteras y a la inseguridad prevaleciente.
Tras la caída del gobierno de Bashar al Assad en diciembre de 2024 tras la ofensiva de yihadistas y rebeldes liderados por Hayat Tahrir al Sham (HTS), las nuevas autoridades han enfrentado múltiples desafíos de seguridad, algunos con tintes sectarios, a pesar de las garantías del nuevo presidente de transición y ex líder de HTS, Ahmed al Shara –anteriormente conocido como Abú Mohamed al Golani–, de trabajar por la estabilización.