Escalada de violencia en Mozambique intensifica crisis humanitaria y presiona la asistencia, afirma ONU

Archivo - Desplazados en Montepuez, Cabo Delgado, Mozambique (archivo)Europa Press/Contacto/Chris Huby - Archivo

El aumento de los conflictos armados en el norte de Mozambique está causando un incremento en los desplazamientos forzosos, lo que está saturando la capacidad de respuesta humanitaria y agravando una situación ya crítica que impacta principalmente a mujeres y niños, informó la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

«La inseguridad persiste y las personas en movimiento a menudo carecen de documentación civil. Estos desafíos pueden afectar la capacidad de las personas desplazadas para moverse libremente, acceder de forma segura a los servicios básicos y mantener sus medios de vida», señaló la OCHA en un comunicado reciente.

El informe destacó que en julio, los ataques recientes de grupos armados desplazaron a «decenas de miles de personas», intensificando la emergencia humanitaria en Cabo Delgado y desafiando los limitados recursos de ayuda disponible.

Del 20 al 28 de julio, unos 46.667 individuos fueron forzados a dejar sus hogares debido a la violencia en los distritos de Ancuabe, Muidumbe y Chiúre, siendo Chiúre la región más golpeada con más de 42.000 desplazados, más de la mitad niños.

Desde enero, la cifra de desplazados en Cabo Delgado supera los 95.000, con un acceso humanitario que se deteriora progresivamente, según la ONU.

Las principales necesidades identificadas incluyen alimentos, refugio y bienes básicos no alimentarios, especialmente en áreas donde los desplazados, incluyendo muchos niños sin acompañantes, viven en condiciones de superpoblación.

La OCHA ha expresado su preocupación por la falta de financiamiento adecuado para la ayuda humanitaria y ha recordado que el Derecho Internacional garantiza a todos los civiles el derecho a «buscar seguridad y elegir libremente su destino». La falta de seguridad, documentación adecuada y reubicaciones forzosas están exacerbando los riesgos para la protección de los afectados.

«Es esencial una financiación urgente y sostenida para evitar un mayor deterioro y abordar las crecientes necesidades humanitarias que siguen siendo tan agudas y generalizadas como siempre», concluyó el reporte de la OCHA.

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