Varios países, incluida España, que proporcionan ayuda humanitaria a Sudán, han hecho un llamado a las fuerzas en conflicto en Darfur para salvaguardar la vida de los civiles en El Fasher y zonas adyacentes, donde «la población se muere de hambre» debido al bloqueo completo de las vías comerciales y la restricción al acceso de la ayuda.
La ciudad de El Fasher, situada en Darfur Norte, se encuentra sitiada por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), una unidad paramilitar en conflicto con el Ejército desde abril de 2023. La ONU ha declarado la hambruna en los campamentos de desplazados en agosto de 2024, y la situación se ha deteriorado aún más con la llegada de la estación seca, que aumenta la preocupación por los efectos devastadores que podría tener.
«Hasta las cocinas comunitarias, que han dado de comer a civiles de todo el país y han estado en primera línea de la respuesta humanitaria, han tenido que cerrar por falta de alimentos», indica un comunicado firmado por el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación de España, José Manuel Albares, la comisaria europea para la Gestión de Crisis, Hadja Lahbib, y representantes de gobiernos europeos como Alemania, Reino Unido o Italia.
El costo de los alimentos ha aumentado significativamente, «lo que ha provocado que las familias no puedan comprar productos básicos aunque estén disponibles» en los mercados. Este escenario se complica con el conflicto continuo y las graves violaciones de Derechos Humanos, incluyendo violencia sexual y ataques a objetivos civiles como mercados y hospitales.
Recientemente, un brote de cólera ha causado aproximadamente 2,500 muertes, según el Ministerio de Sanidad de Sudán. «Esto no puede continuar», declaran los países donantes, exigiendo al Ejército y a las RSF que respeten el Derecho Internacional, cesen las violaciones de Derechos Humanos y permitan el acceso «inmediato» y «condicional» de la ayuda humanitaria a las poblaciones necesitadas.
Estas acciones incluyen también levantar el asedio en El Fasher, una pausa en los combates y la apertura «permanente» del paso de Adré, como parte de las medidas solicitadas por los donantes internacionales, quienes al mismo tiempo reconocen el esfuerzo «incansable» del personal humanitario trabajando en condiciones «extremadamente complicadas».