Las Fuerzas Armadas de Estonia han puesto en marcha una serie de maniobras defensivas diseñadas para contrarrestar una potencial amenaza aérea proveniente de Rusia. Este anuncio se produce en un momento de alta tensión, tras varios incidentes de incursiones por parte de aeronaves y drones rusos, que incluso llevaron a Polonia a activar el artículo 4 de la OTAN, solicitando así consultas ante una posible amenaza a su integridad territorial.
“La guerra de Rusia contra Ucrania afecta inevitablemente a la seguridad de nuestra región”, advirtió el general de brigada Riivo Valge, comandante de las Fuerzas Aéreas de Estonia. Aunque reconoció que “las violaciones del espacio aéreo estonio por vehículos aéreos no tripulados son raras”, subrayó la importancia de estas prácticas para agilizar la capacidad de respuesta ante incursiones no deseadas. “No es posible eliminar por completo los riesgos”, señaló, pero estas maniobras son cruciales para intentar minimizarlos.
Dentro de las medidas adoptadas en estos ejercicios, se ha fortalecido la defensa de las instalaciones permanentes, reubicado unidades de vigilancia y proporcionado formación adicional al personal. Además, se ha intensificado la colaboración con otras agencias de seguridad, como la Policía y las autoridades fronterizas.
A pesar de la preparación, desde Estonia se ha reiterado que “no existe ninguna amenaza militar inmediata” y que “no es previsible ninguna acción militar convencional rusa en un futuro próximo”. No obstante, el aumento en los riesgos de incursiones en su espacio aéreo ha llevado al país a adoptar medidas preventivas adicionales.