Etiopía fija para el 1 de junio de 2026 sus próximas elecciones parlamentarias pese a la inestabilidad

Etiopía programa elecciones parlamentarias para el 1 de junio de 2026 mientras lidia con conflictos internos y un aumento de la tensión con Eritrea.

Archivo - El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed (archivo)WANG PING / XINHUA NEWS / CONTACTOPHOTO - Archivo

La comisión electoral de Etiopía ha confirmado que las siguientes elecciones parlamentarias se celebrarán el 1 de junio de 2026, manteniendo la cita en las urnas a pesar de que en distintas regiones del país persisten focos de violencia y de que en los últimos meses se han intensificado las fricciones con Eritrea, alimentando el temor a que pueda desencadenarse una nueva guerra.

La Comisión Electoral Nacional de Etiopía (NEBE, por sus siglas en inglés) ha difundido en su canal oficial de Telegram un calendario electoral en el que se especifica que el registro de candidatos se llevará a cabo entre este miércoles y el 9 de enero. El organismo ha añadido que las autoridades ya han iniciado el proceso de contratación y selección de personal para las labores electorales.

La presidenta de la NEBE, Melatwork Hailu, ha recalcado que en los últimos meses se han efectuado “trabajos significativos a nivel de preparación”, entre ellos la puesta en marcha de una plataforma digital destinada a la inscripción de partidos, aspirantes y electores. Asimismo, ha reiterado que la decisión de revocar la licencia del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) sigue plenamente vigente.

“La NEBE no está manteniendo discusiones con el TPLF”, ha insistido Melatwork, que ha señalado que las controversias en torno a la implementación del acuerdo de paz de 2022 son “asuntos políticos que deben ser resueltas por los políticos”, tal y como ha informado el diario etíope “Addis Standard”.

En octubre, las autoridades etíopes acusaron a Eritrea de colaborar con una facción del TPLF para “lanzar una guerra” contra Etiopía. El Gobierno eritreo, por su parte, rechazó estas alegaciones al calificarlas de “farsa engañosa” y denunció el “provocador ruido de sables” procedente de Adís Abeba durante los últimos meses.

Este cruce de reproches refleja un nuevo deterioro en los lazos entre ambos países, ya tensionados desde que Eritrea proclamara su independencia en 1993. Aquella separación derivó en una guerra entre 1998 y el año 2000 que dejó a Etiopía sin salida al mar Rojo, acceso que Adís Abeba reclama ahora para impulsar su economía.

Al mismo tiempo, Etiopía se enfrenta a conflictos armados internos en las regiones de Oromía y Amhara. En esta última, la milicia Fano se levantó en armas en abril de 2023 en respuesta a los intentos del Gobierno central de proceder a su desarme, después de haber sido un actor clave en la guerra contra el TPLF. Según estimaciones de la Unión Africana (UA), ese conflicto habría causado cerca de 600.000 muertos y ha provocado más de un millón de desplazados dentro del país.

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