Este sábado, un nuevo ataque aéreo perpetrado por un dron israelí ha provocado la muerte de una persona. El incidente tuvo lugar entre las localidades de Jerbet Selm y Qalauiyé, pertenecientes al distrito de Bint Yebeil, en el sur de Líbano, y se trata del segundo ataque del día con víctimas mortales.
El afectado, que inicialmente fue encontrado con vida a pesar de sus severas heridas, sucumbió más tarde a la gravedad de las mismas, reporta el periódico ‘L’Orient-Le Jour’. Las imágenes que circulan muestran el coche severamente dañado y completamente quemado.
En el mismo día, otro ciudadano, de nacionalidad siria, perdió la vida y siete personas más resultaron heridas en Al Najariya debido a otro bombardeo con dron. Entre los heridos se encuentran un sirio y seis libaneses, incluidas dos mujeres, según informa el Centro de Operaciones de Emergencia Sanitaria del Ministerio de Salud Pública libanés.
La agencia oficial de noticias de Líbano, NNA, indica que se han producido al menos diez ataques más “contra patios de excavadoras y bulldozers”. Israel ha reconocido estos ataques, alegando que estaban dirigidos contra una instalación usada por las milicias de Hezbolá para almacenar maquinaria pesada empleada “en la reconstrucción de su infraestructura terrorista en el sur del Líbano”.
El presidente de Líbano, Joseph Aoun, ha criticado duramente este ataque nocturno y ha destacado que el objetivo era una instalación civil, calificando el bombardeo de realizado “sin ningún tipo de motivo o pretexto”. Aoun también ha alertado sobre un posible aumento de los ataques contra Hezbolá, especialmente en un momento en que la Franja de Gaza observa un tenso alto el fuego.
Adicionalmente, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Líbano ha condenado estos ataques, describiéndolos como “una violación flagrante de la Resolución 1701” del Consejo de Seguridad de la ONU y del “acuerdo de cese de las hostilidades, que Israel incumple continuamente”. También señaló que estos ataques obstaculizan los esfuerzos del Ejército para limitar las armas a las fuerzas de seguridad legítimas y mantener la estabilidad en el sur del país.