Dos integrantes de la Policía de Haití perdieron la vida y otros dos resultaron gravemente heridos tras la detonación accidental de un dron kamikaze cargado de explosivos en una instalación de fuerzas especiales, de acuerdo con lo informado por el Gobierno este miércoles.
La detonación ocurrió en una base ubicada en la región de Kenscoff, en las afueras de Puerto Príncipe. La oficina del primer ministro, Alix Didier Fils-Aime, ha señalado que el dron era «transportado por habitantes en un gesto de buena fe» antes de que explotara, aunque no se han detallado las causas específicas del incidente en el comunicado oficial.
El uso de estos drones ha sido integrado por el Gobierno haitiano en su estrategia de combate contra las bandas criminales del país, a pesar de las controversias sobre su utilización. William O’Neill, experto de la ONU en Derechos Humanos para Haití, ha expresado que la adopción de esta tecnología es un signo de «desesperación», dado que muchos cabecillas de bandas se encuentran fuertemente resguardados en áreas de difícil acceso.
Además, O’Neill ha comentado en una entrevista reciente con el centro de noticias de Naciones Unidas que, al no haber un conflicto armado declarado, el empleo de fuerza letal debe limitarse a «circunstancias muy limitadas», como que haya una amenaza inmediata.