El presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, ha hecho un llamamiento en la Asamblea General de la ONU para que se reconozca el ‘genocidio silencioso que ha afligido al pueblo congoleño durante más de treinta años’, en alusión al prolongado conflicto en el este del país, donde las milicias del Movimiento 23 de Marzo, respaldadas por Ruanda, están implicadas.
‘Esto no es solo un conflicto: es un genocidio silencioso que ha afligido al pueblo congoleño durante más de treinta años’, expresó en relación a una crisis que ha traído ‘consecuencias desastrosas: millones de muertos, familias diezmadas, casi siete millones de desplazados, mujeres y niños atacados, aldeas borradas del mapa, generaciones sacrificadas’. ‘En varias regiones del este, todos los indicios de un plan de exterminio están presentes’, agregó.
Tshisekedi ha pedido a la Asamblea que ‘reconozcan el genocidio congoleño, apoyen nuestra lucha por la verdad y la justicia, y ayuden a construir finalmente una paz duradera en el corazón de África’, incluyendo la implementación de ‘un régimen de sanciones específicas contra los responsables de delitos económicos, así como de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y crímenes de genocidio en el este’ del país.
‘Estas acciones deben llevarse a cabo con el apoyo de la Unión Africana, las Naciones Unidas y nuestros socios para el desarrollo, involucrando a los Estados vecinos, las empresas que compran y procesan estos minerales de la sangre, las instituciones financieras por las que pasan los flujos, así como a las organizaciones de la sociedad civil’, especificó.
Además, Tshisekedi ha requerido ‘el establecimiento inmediato de una comisión internacional de investigación independiente y dotada de recursos suficientes para esclarecer la verdad, hacer justicia a las víctimas y romper el ciclo de impunidad que ha alimentado esta tragedia durante décadas’.
La intervención del presidente congoleño se produjo después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, anunciara que París organizará en octubre una conferencia destinada a abordar el conflicto en el este de la República Democrática del Congo y la correspondiente crisis humanitaria.
El acuerdo de paz entre la RDC y Ruanda, firmado a finales de junio, busca poner fin a la actividad de grupos armados como el M23 o las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FLDR), establecidos por extremistas hutus que escaparon de Ruanda tras el genocidio de 1994.
Este pacto se logró tras iniciativas lanzadas después de que los rebeldes del M23 ocuparan recientemente las capitales de las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, en el transcurso de una ofensiva relámpago que ha provocado miles de nuevos desplazados.











