El Gobierno de Filipinas expresó su «enormemente preocupado» ante las «peligrosas maniobras» realizadas por buques militares chinos el pasado lunes en el mar de China meridional, zona que consideran «bajo soberanía filipina», en desacuerdo con las posiciones de Pekín.
Según informó el Ministerio de Exteriores de Filipinas, el conflicto se desencadenó durante una «operación humanitaria de rutina» donde un barco de la Guardia Costera asistía a pescadores en el bajo de arena de Masinloc, también conocido como atolón de Scarborough. Ante esto, China desplegó varias naves que, de acuerdo con Filipinas, colisionaron entre ellas en el transcurso de la persecución.
El incidente «demuestra la importancia de respetar las normas marítimas internacionales», señaló el Ministerio de Exteriores filipino en un comunicado. A pesar de abogar por «la diplomacia y el diálogo», enfatizó que no disminuirá su presencia naval. Además, reafirmó su compromiso de «no escatimar esfuerzos para proteger su soberanía y su jurisdicción conforme al Derecho Internacional».