Este jueves, diversos sindicatos en Francia han llamado a una jornada de huelga general que, según anticipaciones del Gobierno, desencadenará protestas “muy, muy fuertes”. La convocatoria ocurre en un momento clave de negociaciones políticas para formar un nuevo Gobierno liderado por Sébastian Lecornu, exministro de Defensa.
La motivación detrás de la huelga es el plan de presupuesto introducido por el anterior primer ministro, François Bayrou, que incluía recortes de aproximadamente 44.000 millones de euros. Se espera que los transportes y las instituciones educativas sean nuevamente epicentros de las manifestaciones.
El Ministerio del Interior había calculado inicialmente que alrededor de 400.000 personas se sumarían a las más de 250 manifestaciones previstas para este miércoles, pero recientes informes han elevado esa cifra a 800.000. Bruno Retailleau, el ministro, confirmó en una entrevista con BFMTV que se anticipa una alta participación en las protestas.
Retailleau también ha expresado preocupación por posibles “bloqueos y sabotajes” en la mañana previa a las protestas oficiales, indicando que “grupúsculos de ultraizquierda” podrían provocar incidentes violentos. Ha mencionado la posibilidad de que entre 5.000 y 10.000 personas puedan generar disturbios, motivados por una animadversión hacia la policía.
A pesar de comprender las preocupaciones de la ciudadanía, Retailleau ha hecho un llamado a la responsabilidad, especialmente a los padres, para evitar la participación de jóvenes en actos de violencia. Recordó que el pasado 10 de octubre, una similar jornada de protestas congregó a 200.000 personas solo en París, culminando en incidentes como el incendio de un restaurante.