Más de 400 efectivos entre policías y militares impidieron el avance de una marcha opositora que buscaba ingresar a Quito este domingo con el objetivo de manifestarse contra el presidente Daniel Noboa, coincidiendo con el aniversario del inicio de la conquista de América.
Según reportes del periódico ‘El Universo’, los agentes recurrieron al uso de bombas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes que provenían del sur y pretendían llegar hasta el parque de El Arbolito, ubicado en el norte de la urbe.
A pesar del fuerte despliegue, un pequeño grupo consiguió evadir el bloqueo policial y militar, que posteriormente reaccionó y confrontó a los presentes en la avenida Napo. La situación también afectó la movilidad, ya que se interrumpió el tráfico en la Ecovía y los establecimientos cercanos cerraron sus puertas.
Pablo Lastra, un alto mando policial, justificó la prohibición de la movilización citando las restricciones actuales en Quito tras un decreto ejecutivo que impuso estado de excepción, promulgado por el presidente Noboa.
La protesta fue organizada por varias entidades, incluyendo la Coordinadora de Organizaciones de los Pueblos Indígenas de Quito (COIQ) y el Colectivo Warmikuna, así como grupos feministas, estudiantiles, laborales, comerciales, artísticos y de artesanos, entre otros. El grito “¡Fuera Noboa, fuera!” resonó entre los participantes.
Por su parte, José Villavicencio, vicepresidente del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), destacó que la manifestación no solo buscaba la reinstauración del subsidio al diésel, sino también medidas contra la inseguridad y la declaración de emergencia en salud y educación.
En preparación para el fin de semana festivo y ante posibles tomas de la capital por sectores indígenas y campesinos, se desplegaron cerca de 5.000 soldados y más de 1.000 policías en Quito como parte del Plan de Defensa de la ciudad.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) había iniciado un paro indefinido el 21 de septiembre, que ha resultado en grandes movilizaciones y bloqueos de carreteras. El Gobierno ha respondido con acciones militares que han incluido enfrentamientos donde al menos un comunero indígena ha perdido la vida.