Las fuerzas armadas de Uganda han logrado apoderarse de un significativo bastión perteneciente a las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo armado africano notorio por su brutalidad y sus lazos con el Estado Islámico. Este triunfo es considerado uno de los logros más destacados de la operación militar que se lleva a cabo en colaboración con el ejército de la República Democrática del Congo en el este del país.
El asalto se llevó a cabo el jueves pasado en Apakwang, ubicación de la base de Musa Baluki, líder de las ADF, en la provincia congoleña de Ituri. La operación comenzó con ataques aéreos y de artillería el domingo anterior. Según el coronel Chris Magezi, adjunto al jefe del Estado Mayor ugandés, se logró capturar este ‘enorme campamento’ que ‘albergaba a entre 1.000 y 1.500 terroristas y sus familias’.
Además de la base, las fuerzas de Uganda confiscaron ‘vastas plantaciones de arroz, judías y mandioca’. El coronel Magezi mencionó que las operaciones continuaban contra los miembros de las ADF que escaparon hacia el oeste, aunque no proporcionó detalles sobre bajas ni sobre la situación del líder de las milicias.
La expansión de las operaciones militares conjuntas entre la República Democrática del Congo y Uganda fue anunciada hace dos semanas, en un intento por contrarrestar la influencia de las ADF en Ituri, una región azotada por el terror y conflictos adicionales con otras milicias, como el Movimiento 23 de Marzo en Kivu.
A pesar de la ofensiva militar, las ADF han seguido perpetrando ataques contra la población civil, intentando subyugar a los habitantes de Ituri y mantener el control sobre sus recursos. Según informaron Radio France Internationale y la emisora de la ONU en RDC, Radio Okapi, unas 40 personas han muerto en la última semana. Treinta de estos decesos ocurrieron en ataques simultáneos en Bwanasula, Kisamaibo y Mayalibo, mientras que otros diez fallecieron en Kivu Norte en asaltos transregionales de las milicias.











