Geir Pedersen, el enviado especial de la ONU para Siria, anunció su dimisión después de más de seis años en el puesto, citando razones personales. Esto ocurre durante un periodo crucial de transición política en Damasco tras el colapso del gobierno de Bashar al Assad en diciembre de 2024.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha aceptado su renuncia, aunque Pedersen continuará en su función hasta una fecha aún no determinada, manteniéndose completamente activo hasta entonces.
Pedersen ha mencionado que, ante los ‘cambios extraordinarios en Siria y la apertura de un nuevo capítulo’, ha sido un ‘privilegio’ y ‘su deber’ permanecer en su posición para ‘ayudar a guiar los esfuerzos políticos de la ONU durante los primeros meses cruciales de este periodo de transición política’.
En un comunicado de su oficina, expresó su profundo agradecimiento al pueblo sirio por su ‘valentía y humanidad extraordinarias’, destacando la resiliencia y determinación de los sirios frente a los adversidades. Además, agradeció al secretario general por su ‘confianza y apoyo incondicional’, a su equipo por su ‘incansable dedicación’ y al Consejo de Seguridad de la ONU por su ‘constante apoyo’ durante su mandato.
Tras la toma del poder por parte de Ahmed al Shara y el grupo Hayat Tahrir al Sham, la transición en Siria ha enfrentado numerosos desafíos, incluyendo problemas de seguridad con matices sectarios, que han resultado en miles de fallecimientos.
