Kevin Sitt, gobernador de Oklahoma, ha detenido la ejecución programada para un hombre de 46 años que estaba en el corredor de la muerte, cambiando su condena a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Este jueves, Sitt ha tomado la decisión tras considerar detenidamente los detalles del caso y tras recibir la recomendación favorable de la Junta de Indultos y Libertad Condicional.
“Tras un análisis exhaustivo de los hechos y una profunda reflexión, he decidido aceptar la recomendación de la Junta de Indultos y Libertad Condicional de conmutar la pena de Tremane Wood a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional”, declaró en una nota difundida por CBS.
El mandatario ha argumentado que su decisión «garantiza una pena severa que mantendrá a un delincuente violento fuera de las calles para siempre» y «refleja el mismo castigo que recibió su hermano», quien también fue implicado en el mismo crimen. Según la defensa de Wood, él participó en el robo pero no en el asesinato que tuvo lugar durante un intento de robo en un hotel de Oklahoma en 2001.
Este cambio de sentencia se produce en un contexto donde Estados Unidos ha visto un aumento en las ejecuciones este año, alcanzando un total de 41 hasta finales de octubre en once estados, superando las 35 de 2014, el número más alto registrado desde la reinstauración de la pena de muerte por el Tribunal Supremo en 1976.