Desde el ejecutivo de Malí se ha interpretado la reciente medida de la filial de Al Qaeda en el Sahel, que consiste en una ‘yihad económica’ contra las importaciones, especialmente de combustible, como un indicativo de su debilitamiento frente a las fuerzas armadas de Bamako y la decadencia de su estrategia geopolítica.
“El cambio en el modus operandi de los terroristas, que ahora se centra en elementos blandos o económicos, es una señal de su debilitamiento frente a nuestras fuerzas de defensa y seguridad, así como de la pérdida de impulso de su proyecto geopolítico para desestabilizar Malí”, expresó el ministro de Exteriores, Abdoulaye Diop, a través de su cuenta en la red social X.
El ministro hizo estas declaraciones tras una reunión con representantes diplomáticos y consulares, donde resaltó la determinación y esfuerzos del gobierno maliense junto a la Confederación de la Alianza de Estados del Sahel en la lucha antiterrorista y en la protección de los convoyes de productos petrolíferos.
El jueves, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas comunicó, también mediante X, que sus aeronaves realizaron ataques aéreos en localidades como Donièna, Kouen y Bessina, situadas en el distrito de Kolondièba, al sur del país. Estas acciones forman parte de una operación de vigilancia aérea en apoyo a un convoy de combustible.
“El jefe del Estado Mayor (Oumar Diarrá) felicita a las Fuerzas Armadas Malienses (FAMa) por su rápida actuación para asegurar los convoyes de combustible y reafirma a la población el firme compromiso de las fuerzas armadas de garantizar el suministro continuo de combustible en todo el país”, indicó el comunicado.
Desde septiembre, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) ha intensificado sus ataques contra convoyes de camiones cisterna, incluso aquellos escoltados por la seguridad maliense, lo que ha resultado en varios incidentes cerca de Bamako. Además, han lanzado múltiples ataques en el norte y han expandido sus operaciones hacia el sur, amenazando la capital.
Actualmente, Malí está gobernado por una junta militar tras los golpes de Estado de agosto de 2020 y mayo de 2021, liderados por Assimi Goita, quien ha buscado acercarse a Rusia y alejarse de Francia y otros aliados occidentales desde su llegada al poder.
















