Desde el golpe de febrero de 2021, la junta militar en Birmania ha rechazado las afirmaciones sobre un «grave peligro» para la vida de Aung San Suu Kyi, ex líder ‘de facto’ del país y Premio Nobel de la Paz, debido al deterioro de su salud, según alegaciones de su hijo, Kim Aris.
El vocero militar, Zaw Min Tun, indicó que las declaraciones de Aris son parte de una «maniobra política para desviar la atención» relativa a la reciente visita del líder de la junta, Min Aung Hlaing, a China.
Además, acusó a Aris de «inventarse esta información» para afectar la imagen de Birmania en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái y durante los eventos que conmemoran «la victoria de China frente al fascismo durante la Segunda Guerra Mundial».
«La señora Aung San Suu Kyi cuenta con buena salud», aseguró Zaw Min Tun en una entrevista con el medio Irrawaddy. Lamentó que los reportes sobre la presencia del líder birmano en China hayan relegado estas noticias a un segundo plano.
Enfatizó que son informaciones «falsas» y «inventadas», y las describió como rumores promovidos por opositores al desarrollo de Birmania.
El hijo de Suu Kyi, por su parte, declaró el viernes que su madre, de 80 años, está en «grave peligro» por problemas cardíacos agravados. «Ha pedido ver a un cardiólogo, pero nadie sabe dónde está retenida o si está recibiendo atención médica», expresó, calificando el tratamiento como «cruel» y potencialmente mortal, y exigió su liberación junto con otros detenidos políticos para el bien del país.