Tras el reciente asesinato de Ruy Ferraz Fontes, exsecretario de seguridad de Sao Paulo, el Gobierno de Brasil ha extendido su apoyo en diversos niveles al estado. Fontes, quien jugó un papel crucial en la lucha contra el crimen organizado, especialmente frente al Primer Comando de la Capital (PCC), fue asesinado la noche del lunes en Praia Grande, interceptado por sujetos armados.
El ministro de Justicia, Ricardo Lewandoski, describió el asesinato como un acto «brutal» que evidencia la persistente «violencia» en el país. «Este tipo de violencia no es exclusivo de Brasil», señaló Lewandoski, quien ha ofrecido recursos federales al gobernador Tarcisio de Freitas, incluyendo la Policía científica y bases de datos sobre balística y ADN.
Lewandoski también mencionó el aumento de armas de uso restringido en las calles, resultado de políticas laxas pasadas, y destacó los esfuerzos actuales del Gobierno para controlar estas armas. Mientras tanto, las autoridades de Sao Paulo han iniciado un operativo para capturar a los culpables del crimen de Fontes, quien dirigió la seguridad estatal desde 2019 hasta 2022 y tenía cuatro décadas de trayectoria policial.
El PCC, fundado en 1993 en una de las cárceles más duras de Sao Paulo, sigue extendiéndose por Sudamérica, controlando cárceles y favelas en Brasil con unos 35.000 miembros. En agosto, una operación policial en ocho estados golpeó duramente su estructura económica, desmantelando una red que manipulaba ilegalmente combustible.