Miles de adeptos del partido musulmán radical Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP) se dirigen hacia Islamabad este sábado, culminando la protesta que iniciaron el jueves pasado contra Israel, la cual ha generado una parálisis en varias áreas del país.
El TLP, que fue fundado hace diez años y tiene una presencia legislativa limitada, es conocido por la vehemencia de sus miembros, como quedó patente en los recientes choques con la policía al comienzo de la manifestación en Lahore.
Por segundo día, las actividades en Islamabad y Rawalpindi se encuentran suspendidas debido a las estrictas medidas de seguridad y cortes en el tráfico. Las autoridades han interrumpido el servicio de internet móvil y cerrado carreteras principales.
El ministro del Interior, Talal Chaudhry, ha declarado que el gobierno está tratando de contener la marcha hacia Islamabad mediante medidas no violentas, después de advertir que no se dejarán manipular por las presiones de grupos radicales.
Chaudhry expresó su sorpresa por la realización de esta marcha en un momento de tregua en Gaza, insinuando que el grupo busca beneficiarse políticamente de la situación en Palestina. Según declaraciones a Geo TV, Chaudhry recalcó que se han implementado «medidas preventivas» y que el gobierno federal no cederá ante el «chantaje ni una política de exigencias».