Guinea anuncia comicios presidenciales para diciembre de 2025 en el territorio nacional

Mamady Doumbouya, presidente de transición de Guinea, convoca elecciones presidenciales para el 28 de diciembre de 2025.

Archivo - Bandera de la República de GuineaEuropa Press/Contacto/Maksim Konstantinov

El presidente de transición de Guinea y líder de la junta militar, Mamady Doumbouya, ha proclamado este sábado mediante un decreto la celebración de las elecciones presidenciales “en todo el territorio nacional” para el 28 de diciembre de 2025. Este anuncio se produce solo una semana después de que los ciudadanos guineanos participaran en un referéndum constitucional, el primero desde el golpe de Estado de 2021.

“Previa consulta a la Dirección General de Elecciones (DGE), previa consulta al observatorio autónomo de supervisión del referéndum constitucional, y oído el Consejo de Ministros, se fija la fecha de la elección presidencial para el domingo 28 de diciembre de 2025 en todo el territorio nacional”, detalla el decreto presidencial, que fue difundido por la televisión nacional y recogido por medios locales.

Además, se ha anunciado la promulgación de la Ley Orgánica L/2025/026-CNT, que define el nuevo Código Electoral, según informaciones del periódico digital Ledjely.

Este comunicado se hace público un día después de que el Tribunal Supremo de Guinea confirmara los resultados del referéndum constitucional, que concluyó con un triunfo del ‘sí’ a pesar de las críticas de la oposición, que ha instado a boicotear el proceso ante un incremento de la represión por parte de la junta militar.

El referéndum se consideró el inicio de una serie de actividades destinadas a la organización de elecciones presidenciales, tras varios retrasos que han intensificado las críticas hacia el general Mamady Doumbouya, quien parece considerar presentarse a las elecciones gracias a esta reforma.

Por su parte, Cellou Dalein Diallo, líder destacado de la oposición y cabeza de la Unión de Fuerzas Democráticas de Guinea (UFGD), ha reiterado su llamado al boicot, calificando el plebiscito de “farsa” y una estrategia para “legitimar un golpe de Estado”.

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