António Guterres, el secretario general de la ONU, ha emitido un aviso el miércoles, señalando que cualquier acto que comprometa la seguridad de los ‘cascos azules’ es completamente inaceptable, en respuesta a un ataque del Ejército israelí hacia la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) en el sur de esa nación.
Stéphane Dujarric, portavoz de Guterres, en una conferencia de prensa, ha enfatizado la necesidad de que las partes cumplan con sus responsabilidades para asegurar la protección de las fuerzas de paz y la inviolabilidad de las instalaciones de la ONU. Guterres ha trasladado su preocupación por el suceso, aunque se mostró aliviado al confirmar que no hubo víctimas. Durante el incidente, los ‘cascos azules’ intentaban despejar bloqueos en carreteras que bloqueaban el acceso a un emplazamiento de la ONU cerca de la Línea Azul, siendo impactados por granadas aturdidoras lanzadas por Israel, una a menos de 20 metros y las otras tres a unos cien metros del personal y sus vehículos.
El Ejército de Israel, por su parte, ha negado que el ataque fuera deliberado, argumentando que su objetivo era desmantelar y eliminar una posible amenaza en la región. Nadav Shoshani, portavoz del Ejército, aseguró que no se efectuó ningún disparo intencionado contra el personal de la FINUL.
Este incidente ocurre poco después de que el Consejo de Seguridad de la ONU decidiera extender el mandato de la FINUL hasta finales de 2026, a pesar de la reticencia de Estados Unidos e Israel. Actualmente, alrededor de 11,000 militares están desplegados en la zona, incluyendo aproximadamente 700 españoles.
A pesar del alto el fuego establecido en noviembre de 2024, Israel ha continuado con decenas de bombardeos contra Líbano, justificándolos como acciones contra el partido-milicia chií Hezbolá. Aunque aseguran que estas acciones no violan el acuerdo de paz, tanto Beirut como Hezbolá han criticado estas acciones, que también han sido condenadas por la ONU.















