António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, ha descrito como extremadamente perturbadoras las imágenes difundidas recientemente sobre el ataque armado de soldados sirios a un hospital en Sueida, ubicado al suroeste de Siria, donde un empleado del hospital fue asesinado.
Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU, expresó en conferencia de prensa que los informes son sumamente alarmantes y destacó que se ha tomado nota de las autoridades de transición sirias que han condenado estos hechos y han iniciado una investigación al respecto.
El representante de la ONU ha declarado que están a la espera de los resultados de la investigación y enfatizó que los responsables de los actos captados en video deben ser llevados ante la justicia.
De acuerdo con los videos de las cámaras de seguridad del Hospital Nacional de Sueida, difundidos en redes sociales, varios individuos armados ingresaron al hospital el 16 de julio, detuvieron a varias personas y, tras agredir a una de ellas, identificada por medios locales como Mohamed Bahsas, un voluntario del personal médico, lo ejecutaron con un disparo.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos y el portal de noticias Sueida 24 han identificado a los autores del asalto como miembros de las fuerzas de seguridad controladas por los ministerios del Interior y de Defensa de Damasco.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha señalado recientemente sobre enfrentamientos en la región que han incluido asesinatos masivos y han provocado el desplazamiento de aproximadamente 192.000 personas en el suroeste del país. En una declaración conjunta, los 15 países miembros condenaron la violencia contra los civiles y solicitaron el respeto al cese al fuego anunciado por el gobierno de transición sirio, liderado por el presidente Ahmed al Shara, después de una semana de conflictos entre beduinos pro-Damasco y milicias drusas.
A pesar del acuerdo de alto el fuego, los enfrentamientos han resurgido en días recientes, obligando a la evacuación de cerca de 500 personas y dejando un saldo de más de 1.500 muertos desde mediados de julio, incluyendo 349 ejecutados.