El Movimiento de Resistencia Islámica, conocido como Hamás, ha valorado positivamente el reconocimiento de Palestina como Estado por parte de Reino Unido, Canadá y Australia, considerándolo un “tributo a la lucha, la resistencia y los sacrificios” realizados por su pueblo.
“Es un paso importante para reafirmar el derecho de nuestro pueblo palestino a su tierra y a sus lugares sagrados y al establecimiento de su estado independiente con capital en Jerusalén”, destacaron desde Hamás a través de un comunicado.
Este reconocimiento es visto por el grupo como un avance “hacia la liberación y el retorno”. Por ello, han solicitado “medidas prácticas que propicien el cese inmediato de la brutal guerra de exterminio contra nuestro pueblo palestino en la Franja de Gaza y enfrentar los proyectos de anexión y judaización en Cisjordania y Jerusalén”.
Hamás ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional, a la ONU y a sus instituciones para que “aislen” y cesen “toda colaboración y coordinación” con Israel, además de “incrementar las medidas punitivas”. Además, han pedido que los líderes israelíes “sean llevados ante los tribunales internacionales para ser juzgados por sus crímenes contra la humanidad”.
Defienden que la “resistencia” es un “derecho natural reconocido por el derecho internacional” frente a “la ocupación más atroz conocida en la historia moderna”. “Los países del mundo deben apoyar a nuestro pueblo en su enfrentamiento a esta ocupación criminal hasta que podamos ejercer nuestro derecho a la autodeterminación y establecer nuestro estado palestino con capital en Jerusalén”, enfatizaron.
Este domingo, Reino Unido, Canadá y Australia han oficializado el reconocimiento de Palestina como Estado, un gesto simbólico que se había anticipado en meses recientes y al que se sumarán pronto otros siete gobiernos, incluido Francia. Con estos nuevos reconocimientos, son ya cerca de 150 los países que aceptan al Estado palestino mundialmente, siendo Reino Unido y Canadá los primeros miembros del G7 en hacerlo, justo antes de una cumbre de la ONU para la solución de dos Estados impulsada por Francia y Arabia Saudí.