El secretario general de la formación chií Hezbolá, Naim Qasem, ha arremetido contra el Ejecutivo libanés por “hacer concesiones” a Israel tras la designación de un enviado civil para participar en las conversaciones directas encuadradas en el mecanismo de supervisión del alto el fuego pactado hace algo más de un año.
“Permitir que el Estado implemente el acuerdo y participe, con un representante civil, en el mecanismo de alto el fuego es un error. Han hecho una concesión gratuita, y esta concesión no cambiará en nada la posición del enemigo, su agresión ni su ocupación”, ha señalado, según ha recogido el diario ‘L’Orient-Le Jour’.
Qasem ha sostenido que esta decisión constituye “un error más” que “se suma” a la voluntad del Gobierno de “recuperar el monopolio de las armas” y ha subrayado que el nombramiento supone una “clara violación de todas las declaraciones que estipulaban la inclusión de cualquier civil en el trabajo” del citado mecanismo de supervisión.
“Nadie en el mundo puede impedir que el partido posea capacidades defensivas”, ha reiterado, en referencia al proceso de desarme impulsado por Estados Unidos, añadiendo que atender las exigencias de Israel equivale a “perforar el casco de un barco” y pensar que este no acabará hundiéndose.
En contraste con las críticas de Hezbolá, el presidente libanés, Joseph Aoun, ha defendido este viernes, tras reunirse en Beirut con una delegación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que las gestiones en el marco de este mecanismo no buscan “complacer a la comunidad internacional”, sino que responden a que son “en interés de Líbano”.
“Estas negociaciones tienen como objetivo principal detener las hostilidades que Israel lleva a cabo en territorio libanés, asegurar la liberación de prisioneros, establecer un calendario para la retirada de los territorios ocupados y resolver los puntos de discordia a lo largo de la ‘Línea Azul’”, ha argumentado.
Aoun ha descrito como “un nuevo capítulo” la designación del exembajador Simon Karam como representante de la delegación libanesa en estas conversaciones y ha recalcado que el Gobierno confía en que el proceso “den resultados positivos”.
El mandatario ha puesto en valor igualmente el papel de las Fuerzas Armadas libanesas, desplegadas al sur del río Litani desde el inicio del alto el fuego, encargadas de confiscar armamento, inspeccionar túneles y retirar municiones, entre otras tareas previstas en el acuerdo.
“El Ejército no ha podido completar su despliegue al sur del río Litani debido a la continua ocupación israelí de las zonas fronterizas libanesas. Sin embargo, esto no le ha impedido seguir cumpliendo sus labores y hacer cumplir la resolución 1701 en zonas geográficamente extensas, muchas de las cuales son de difícil acceso, lo que requiere un tiempo y esfuerzo considerables”, ha agregado.
Estas declaraciones llegan después de que, en la víspera, el ministro de Información, Paul Morcos, anunciara una nueva reunión directa con representantes israelíes el próximo 19 de diciembre dentro del mismo mecanismo de supervisión del alto el fuego.
Un primer encuentro ya tuvo lugar en la localidad costera de Naqura entre la delegación israelí —encabezada por el director de política exterior del Consejo de Seguridad, Uri Resnick— y la parte libanesa —liderada por el propio Karam—, en la sede de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL).
En la cita participó también la enviada especial adjunta de Estados Unidos para Oriente Próximo, Morgan Ortagus. La misión de paz de la ONU en Líbano ha registrado recientemente más de 10.000 violaciones israelíes del alto el fuego acordado a finales de noviembre de 2024 entre Israel y Hezbolá.