La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este viernes que la Administración de Donald Trump recurre a un grupo reducido de países como “chivo expiatorio” con el fin de legitimar sus políticas migratorias “hostiles” y “discriminatorias”, negándose a tramitar solicitudes de asilo y permisos de residencia con el argumento de la seguridad nacional.
Según HRW, estas medidas antiinmigración impulsadas por el Gobierno de Estados Unidos constituyen una “estigmatización oportunista” ajena a los motivos de seguridad que esgrime Washington. “Se trata de convertir en chivos expiatorios a nacionalidades enteras para justificar políticas discriminatorias”, ha afirmado la organización.
El 26 de noviembre, tras el ataque de un inmigrante afgano contra dos miembros de la Guardia Nacional, en el que uno de ellos perdió la vida, Donald Trump anunció una “pausa permanente” en la tramitación de todos los casos de asilo que afectasen a “países del tercer mundo”, acompañando ese anuncio con comentarios dirigidos contra los somalíes.
Tras esas declaraciones, se ordenó la suspensión de todos los procesos migratorios que implicasen a solicitantes procedentes de Afganistán, Burundi, Chad, República del Congo, Cuba, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Laos, Libia, Birmania, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Togo, Turkmenistán, Venezuela y Yemen, dejando en el aire sus peticiones.
La ONG ha subrayado que la Administración Trump no ha presentado ninguna evidencia que demuestre que los ciudadanos de estos Estados representen una amenaza superior para la seguridad nacional en comparación con personas de otros orígenes, pero sí “revive y amplía la lógica de la tristemente célebre ‘prohibición musulmana’ del primer mandato”.
“Las nuevas restricciones socavan los compromisos de Estados Unidos en virtud del Derecho Internacional y los Derechos Humanos, incluidas sus obligaciones de garantizar el derecho a solicitar asilo”, sostiene HRW, que alerta de que “estas políticas separarán a las familias, pondrán en peligro a las personas que huyen de la persecución y dañarán aún más la credibilidad de Estados Unidos en materia de Derechos Humanos”.