Human Rights Watch (HRW) ha instado este lunes a las autoridades de Túnez a poner en libertad de forma inmediata a 15 opositores, entre ellos el presidente del Frente Salvación Nacional, Ahmed Nejib Chebbi, arrestados por sus críticas al Ejecutivo de Kais Saied, y a anular sus «injustas» condenas por cargos de conspiración y terrorismo.
«Las detenciones de prominentes figuras de la oposición son el último paso en el plan del presidente Kais Saied para eliminar cualquier alternativa a su gobierno unipersonal. Con estas detenciones, las autoridades tunecinas han logrado encarcelar a la mayor parte de la oposición política», ha denunciado el subdirector de HRW para Norte de África y Oriente Próximo, Bassam Khawaja.
Las declaraciones de la organización se producen pocos días después de que el veterano dirigente opositor, de 81 años, haya sido enviado a prisión y condenado a doce años de cárcel en un proceso judicial en el que se juzga también a otras 36 personas –15 de ellas en territorio tunecino– por «conspiración contra la seguridad del Estado» y delitos de terrorismo. Tras examinar la documentación judicial del caso, HRW sostiene que los cargos formulados contra los acusados eran «infundados» y que no se aportaron «pruebas creíbles».
En el mismo contexto represivo, las fuerzas de seguridad tunecinas detuvieron días antes en su vivienda al abogado y defensor de Derechos Humanos Ayachi Hammami, quien cumple una condena de cinco años de prisión y ha iniciado una huelga de hambre al denunciar que el procedimiento contra él obedece a motivaciones políticas. A finales del mes pasado, también fue arrestada la activista Chaima Issa, integrante del Frente de Salvación Nacional, y sentenciada a 20 años de cárcel tras participar en una manifestación en la que se denunciaban los crecientes ataques contra las libertades y los derechos en el país magrebí.
El representante regional de HRW ha lamentado que «las autoridades tunecinas han criminalizado eficazmente a la oposición política y al activismo en favor de los Derechos Humanos, aplastando cualquier esperanza de retorno a un proceso democrático». En este sentido, ha llamado a los socios internacionales de Túnez, entre ellos la Unión Europea, a «condenar la espiral descendente del país hacia el autoritarismo».
Los partidos opositores acusan desde hace meses a Saied de instaurar un sistema de corte dictatorial, atribuyéndose las competencias del Parlamento y controlando el proceso que condujo a su reelección en las elecciones de 2024, que sus detractores consideran una farsa y que se celebraron en un contexto de participación ciudadana mínima.











