El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha confirmado que los preparativos para la denominada ‘cumbre de paz’ entre Donald Trump y Vladimir Putin siguen adelante, aun con las recientes incertidumbres manifestadas desde Washington.
Peter Szijjarto, ministro de Exteriores de Hungría, se encuentra actualmente en Estados Unidos, y tanto él como Orbán han reforzado recientemente su diálogo con Washington y Moscú, desempeñándose como mediadores en el proceso.
Aunque aún no se ha definido una fecha, Orbán ha reiterado que Budapest será la sede del encuentro presidencial ‘cuando llegue el momento’ y exista consenso entre las partes. ‘Hungría es una isla de paz’, ha destacado Orbán en redes sociales, en vísperas del día nacional del país.
Por otro lado, Szijjarto ha respondido a ‘la ola de filtraciones, falsas noticias y declaraciones’ que ponen en duda la realización de la cumbre, afirmando que desde su anuncio era evidente que ‘muchos intentarían impedirla’.
El desafío de Hungría a lo que describen como una ‘élite política belicista’ se extiende hasta Bruselas, criticando repetidamente a la Comisión Europea por no adoptar la política de Trump contra las sanciones, según palabras de Szijjarto. ‘Esta situación se repite antes de casi todos los Consejos Europeos’, ha añadido.
El optimismo húngaro contrasta con la cautela tanto de Rusia como de Estados Unidos. La Casa Blanca indicó el lunes que el encuentro entre Trump y Putin no ocurriría en breve. Trump, al ser preguntado por los medios sobre los retrasos y cómo afectarían la entrega de misiles Tomahawk a Ucrania, comentó: ‘No quiero perder el tiempo’. Estos misiles son clave para Ucrania, cuyo presidente, Volodimir Zelenski, visitó la semana pasada la Casa Blanca.