Un reciente informe de la ONU indica un incremento en la brutalidad y frecuencia de las atrocidades en Birmania, donde se ha verificado la tortura sistemática en centros de detención manejados por la junta militar. El Mecanismo de Investigación Independiente para Birmania ha revelado su informe anual, donde Nicholas Koumjian destacó la obtención de pruebas significativas, incluyendo testimonios de testigos.
Las investigaciones buscan identificar a los culpables de estos crímenes, incluidos los comandantes a cargo de las instalaciones donde ocurren palizas, descargas eléctricas, ahogamientos, violaciones y quemaduras. La ONU también ha registrado ataques indiscriminados en escuelas, viviendas y hospitales, ejecutados por la Fuerza Aérea, especialmente tras un terremoto devastador en marzo.
Además, el documento menciona ejecuciones sumarias de combatientes o civiles en contextos de combate. No solo se señalan a fuerzas directamente conectadas con la junta militar, sino también a milicias y grupos armados opositores. Koumjian expresó: «Trabajamos para que haya un día en que los responsables tengan que rendir cuentas de sus actos ante un tribunal». El mecanismo comparte sus hallazgos con el Tribunal Penal Internacional (TPI), la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y autoridades nacionales para investigaciones sobre posibles abusos en Birmania.