La oficina de Derechos Humanos de la ONU ha anunciado el fallecimiento de aproximadamente 90 civiles en apenas diez días en el estado de Darfur Norte, Sudan, debido al conflicto que comenzó en abril de 2023 entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Desde el 10 de agosto, los asaltos perpetrados por las RSF en la ciudad asediada de El Fasher y el campamento de desplazados de Abu Shuk han resultado en la muerte de al menos 89 personas, incluyendo 32 muertes reportadas entre el 16 y el 20 de agosto. Jeremy Laurence, portavoz de la oficina, ha indicado que las cifras reales podrían ser aún más elevadas.
Las matanzas reflejan patrones de ejecuciones sumarias, principalmente entre miembros de las tribus africanas zaghawa y berti. Este patrón de ataques contra civiles y asesinatos intencionales, que constituyen graves violaciones del Derecho Humanitario, profundizan nuestra preocupación ante la violencia por motivos étnicos, ha señalado.
Además, durante los asaltos de agosto, se reportó el secuestro de 40 hombres desplazados, cuyo paradero actual sigue siendo desconocido. La situación en el terreno es crítica, y la oficina ha alertado sobre un posible aumento del hambre en El Fasher y otras regiones de Darfur Norte.
El 20 de agosto, un convoy humanitario de la ONU, compuesto por 16 camiones con ayuda humanitaria, fue atacado por aire en Mellit, un suceso que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) había reportado previamente. Este incidente sucedió después de un ataque similar a otro convoy en Al Koma el 2 de junio.
La guerra en Sudán, desencadenada por discrepancias sobre la integración de las RSF en el Ejército sudanés y que ha descarrilado la transición política post-derrocamiento de Omar Hasán al Bashir en 2019, ha convertido al país en el epicentro de la mayor crisis de desplazados a nivel global.
















