El organismo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha emitido una denuncia severa contra los tratos que reciben los civiles ucranianos apresados por Rusia durante el conflicto. Según el informe, estos individuos son frecuentemente sometidos a torturas y otros maltratos, sin que se tomen medidas efectivas para sancionar a los responsables de estos actos, que ya afectan a centenares.
Desde Ucrania, se reportó en mayo que aproximadamente 1.800 civiles estaban retenidos en áreas controladas por Rusia, cifra que observadores internacionales consideran conservadora. La ONU, tras entrevistar a 215 ex prisioneros, ha documentado abusos graves como descargas eléctricas, amenazas de ejecución, violencia sexual y negligencia médica, lo que aumenta el temor a que muchos arrestos se consideren arbitrarios o incluso resulten en desapariciones forzadas sin que los familiares reciban información.
«El efecto acumulado de estas medidas, sumado a una falta de rendición de cuentas, ha dejado a muchos civiles ucranianos al margen de una protección efectiva de la ley durante su arresto y ha contribuido a un contexto de represión y de miedo en el territorio ocupado», indica el informe.
Volker Turk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, subrayó la importancia de priorizar la situación de estos detenidos en futuras negociaciones de paz, exigiendo un trato humano y la liberación de aquellos cuya detención no se justifique legalmente.
En territorio ucraniano, las detenciones se asocian mayormente con acusaciones de traición y espionaje, y aunque se han hecho esfuerzos por mejorar las condiciones carcelarias, aún se reportan casos de tortura y una rendición de cuentas limitada, con más de 2.250 personas detenidas y cerca de 20.000 casos pendientes hasta julio de 2025.
