Una investigación policial ha concluido este martes que el servicio de seguridad del Reino Unido, el MI5, encubrió a un agente británico que operaba como infiltrado en la unidad de seguridad interna del Ejército Republicano Irlandés Provisional y que estuvo implicado en al menos 14 asesinatos y 15 secuestros durante su actividad clandestina.
La ‘Operación Kenova’, dirigida por el excomisario de Policía de Bedforshire, Jon Boutcher, ha finalizado tras nueve años de pesquisas con un documento de 166 páginas en el que se determina que el MI5 “participó en la asignación de tareas” al infiltrado, identificado públicamente como Freddie Scappaticci, aunque su nombre no figura de forma oficial en el informe.
“El MI5 estaba al tanto del reclutamiento de ‘Stakeknife’ (nombre en código del espía) desde el principio y conocía su identidad, su papel dentro del Ejército Republicano Irlandés Provisional y su unidad de Seguridad Interna, así como su participación en el secuestro e interrogatorio de presuntos agentes que posteriormente fueron asesinados”, reza el texto.
El documento precisa igualmente que el MI5 “tenía acceso automático a toda la información” generada por el topo y, en consecuencia, “estaba al tanto de su participación en delitos graves” y de su “criminalidad totalmente injustificable”, entre ellos varios asesinatos.
La investigación hace referencia además a una serie de documentos que el MI5 localizó a mediados de marzo de 2024, poco después de que la Fiscalía decidiera no formular acusación contra cinco militares retirados y siete presuntos miembros del IRA relacionados con el infiltrado, al considerar que no había pruebas suficientes para llevarlos ante los tribunales.
“La revelación de más material sobre el MI5 fue la culminación de varios incidentes que podrían interpretarse negativamente como intentos del MI5 de restringir la investigación, hacer perder el tiempo, evitar cualquier procesamiento relacionado con ‘Stakeknife’ y ocultar la verdad”, reza la investigación.
El informe subraya que esta nueva documentación “no habría alterado las decisiones de la Fiscalía”, aunque admite que se “perdieron” posibles líneas de investigación. Según las conclusiones, este tipo de actuaciones se explican por un “aparente y perverso sentido de lealtad” hacia el infiltrado, que murió en abril de 2023 a los 77 años.
Las pesquisas, con un coste aproximado de 40 millones de libras esterlinas, señalan también que efectivos de la Unidad de Investigación de la Fuerza (FRU), el servicio de Inteligencia encubierto del Cuerpo de Inteligencia del Ejército británico, “sacaron” al espía de Irlanda del Norte para irse de vacaciones pese a que estaba siendo buscado por la Policía por “conspiración para asesinar y privación ilegal de la libertad”.
Hijo de inmigrantes italianos, Scappaticci se incorporó al IRA Provisional en 1969 y posteriormente ofreció sus servicios como informador a las autoridades británicas. Formó parte del conocido “escuadrón de la nuca”, responsable de torturas y ejecuciones de personas acusadas de colaborar con las fuerzas de seguridad.
Otro informe de la misma comisión, que comenzó a trabajar en 2016, concluyó en marzo de 2024 que la labor del espía británico, apodado “el huevo de oro”, aunque era “sin dudas un activo de enorme importancia”, terminó por “costando más vidas de las que salvó”.
El ministro para Irlanda del Norte del Gobierno británico, Hilary Benn, afirmó este martes en un comunicado que la conducta descrita del presunto agente infiltrado, que disponía de su propia subunidad para gestionar la información que obtenía, y el papel que desempeñó resultan “profundamente inquietantes”.
“No debería haber ocurrido. En las últimas décadas se han introducido reformas significativas en la práctica de la gestión de agentes, incluso a través de la legislación”, ha indicado, insistiendo en que el empleo de este tipo de informadores “está sujeto a una estricta regulación”.











