Inicia el proceso para seleccionar al próximo primer ministro de Japón tras la renuncia de Ishiba

El primer ministro saliente, Ishigeru Ishiba, en una imagen de archivo. Europa Press/Contacto/Toru Hanai/Bloomberg

El proceso para determinar quién será el próximo líder del gobierno japonés ha empezado este lunes con la presentación de Toshimitsu Motegi, exministro de Exteriores, como candidato a suceder a Shigeru Ishiba. Motegi anunció su postulación apenas un día después de que Ishiba renunciara debido a las intensas críticas y desacuerdos dentro de su partido.

«He decidido presentarme para liderar el Partido Liberal Demócrata (PLD)», declaró Motegi en una conferencia de prensa, donde reconoció que «será difícil sacar al partido de la adversidad en la que se ha visto inmerso». «Con mi experiencia, tanto dentro de la formación como en gobiernos anteriores, puedo servir a mi país con todo lo que tengo», afirmó.

Motegi ahora lidera el grupo de candidatos confirmados para reemplazar a Ishiba. Sin embargo, el ganador de las primarias no se convertirá automáticamente en primer ministro, ya que deberá obtener el respaldo de la Dieta, el Parlamento japonés. Esto podría permitir que la oposición proponga a su candidato, aunque es un escenario poco probable.

Entre los posibles candidatos, las encuestas sugieren que Sanae Takaichi, exministra de Economía y conocida por su postura conservadora, podría convertirse en la primera mujer en dirigir el gobierno de Japón, la cuarta economía mundial. Otros candidatos incluyen a Shinjiro Koizumi, actual ministro de Agricultura y a Yoshimasa Hayashi, con una vasta experiencia en cargos clave como Defensa y Exteriores.

LA SALIDA DE ISHIBA

La renuncia de Ishiba se anunció tras la presión aumentada por los miembros del PLD después de la derrota en las elecciones de julio al Senado. «Cumpliré con mi deber hasta que la formación elija a su nuevo líder», indicó Ishiba, quien había intentado mantenerse en el cargo para confrontar desafíos económicos y evitar un vacío político. No obstante, las crecientes demandas de dimisión y las divisiones internas precipitaron su salida.

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