Este martes, los jueces del Tribunal Supremo de Brasil han iniciado las deliberaciones acerca de una posible sentencia contra el exmandatario Jair Bolsonaro, quien enfrenta acusaciones de intentar un golpe de Estado. Estas acusaciones se enmarcan dentro de un juicio por su presunta pertenencia a una organización criminal y su participación en un esquema para revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2022, elecciones que resultaron en la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva.
Los cinco jueces del tribunal tienen plazo hasta este viernes para decidir sobre el destino de Bolsonaro, de 70 años de edad, quien podría enfrentarse a una condena de cadena perpetua en caso de ser encontrado culpable.
La seguridad ha sido intensificada en las instalaciones del Tribunal Supremo brasileño hasta que concluya este caso histórico. Bolsonaro no estuvo presente en las audiencias anteriores por recomendación de sus médicos, quienes alegan que su salud es frágil debido a un ataque con arma blanca que sufrió en 2018.
El juez Alexandre de Moraes, a cargo del caso, ha sido criticado por seguidores de Bolsonaro y hasta por la Administración del expresidente estadounidense Donald Trump, quienes han intentado influir en la decisión. De hecho, Washington ha impuesto sanciones a Moraes, acusándolo de liderar una ‘caza de brujas’ contra Bolsonaro, a quien ven como un aliado político.
No obstante, Moraes ha afirmado que el tribunal no sucumbirá ante ‘presiones internas o externas’ y se mantendrá firme en ‘defender la soberanía nacional’. Ha indicado que hay evidencias de un complot para llevar a cabo un golpe de Estado, comenzando en 2021, y ha enfatizado que no hay dudas sobre la existencia de los delitos imputados a Bolsonaro y otros siete implicados. ‘No hay dudas de que se intentó socavar el Estado de derecho. Es importante analizarlo todo, especialmente porque las acusaciones han sido vertidas contra toda una organización que estaba bajo las órdenes de Bolsonaro’, ha lamentado Moraes.
Según Moraes, el debate de los jueces se centra no solo en la existencia del plan, sino en ‘quién lo puso ahí’. ‘Querían perpetuarse en el poder, ya sea mediante una violación de las leyes o mediante una vulneración de los resultados electorales de 2022’, ha recordado, según lo reportado por el portal de noticias G1.
Además, ha resaltado que el jefe de seguridad de Bolsonaro, Augusto Heleno, tenía ‘una agenda para un golpe de Estado’. ‘No es normal que un ministro tenga estas cosas, que tenga un plan para deslegitimar las elecciones y al sistema judicial y perpetuarse en el poder. Esto no es normal en una democracia’, ha aseverado.