El miércoles, el Gobierno iraní confirmó la vuelta de un grupo de inspectores del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) a Irán, con el propósito de que «supervisen un recambio de combustible» en la central nuclear de Bushehr, en medio de tensiones recientes con la agencia tras acciones militares de Israel y la posterior intervención de Estados Unidos.
«La llegada a Irán de inspectores del OIEA ha tenido lugar por decisión del Consejo Supremo de Seguridad Nacional», declaró el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, subrayando que la operación en Bushehr «debe ser llevado a cabo bajo inspectores del OIEA», según informó la agencia Mehr.
Araqchi destacó que cualquier cooperación con el organismo se realizará «en el marco de la ley aprobada por el Parlamento, que sirve a los intereses de la nación iraní», en alusión a la legislación que limita la cooperación con el OIEA y que fue remitida al Consejo Supremo de Seguridad Nacional para su revisión.
El ministro enfatizó que el regreso de los inspectores no implica un acuerdo de cooperación y que «no se ha adoptado ningún texto o acuerdo sobre un nuevo marco de cooperación entre Irán y el OIEA», un tema que aún está en discusión.
Poco antes, el director general del OIEA, Rafael Grossi, indicó en una entrevista con Fox News que «estamos a punto de reiniciar (los trabajos)» y defendió la importancia de la presencia de los inspectores: «Si no estamos comprobando qué está pasando no se puede entrar en una negociación seria, especialmente si se quiere evitar una repetición de lo que se vio en junio».
Irán acusó a Grossi de emitir un «informe sesgado» que fue «instrumentalizado» por el E3 y Estados Unidos en la resolución del 12 de junio de la Junta de Gobernadores del OIEA, que acusó a Irán de violar sus obligaciones. Israel y Estados Unidos intensificaron sus acciones militares en junio, aunque desde el 24 de ese mes se mantiene un alto el fuego.
