Este viernes, el espacio aéreo del mar Báltico ha sido escenario de una nueva interceptación por parte de la Fuerza Aérea polaca, que ha detectado un avión de reconocimiento ruso sin ningún plan de vuelo establecido. Este suceso representa el tercer encuentro de esta índole en apenas siete días, en un contexto de aumento de las tensiones en la zona debido a frecuentes incursiones de aeronaves rusas.
Desde las redes sociales, las Fuerzas Armadas de Polonia han comunicado que dos cazas MiG-29 fueron desplegados al inicio de la jornada para escoltar a un Il-20 ruso, que operaba con el transpondedor apagado. Aunque Polonia ha asegurado que no se ha producido una infracción de su espacio aéreo, ha afirmado que sus acciones están “conforme a los procedimientos de la OTAN”.
El ejército polaco ha enfatizado la “creciente actividad rusa en la región del Báltico” y ha declarado su disposición a confrontar cualquier “provocación” en colaboración con los demás Estados miembros de la OTAN. Este anuncio refleja una preocupación compartida en las últimas semanas por varios países del flanco oriental.
Tanto la Unión Europea como la OTAN han manifestado su alarma ante las continuas interferencias rusas en el este de Europa, que incluyen el envío de drones y el sobrevuelo de aviones militares sobre varios países. Además, Polonia se mantiene alerta ante los peligros que supone su proximidad a Ucrania, con la que comparte frontera.
